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ARTE Y MORALIDAD EN KANT
«La indeterminada idea de Io suprasensible en nosotros es Ia única llave que puede descifrarnos el enigma de esa facultad oculta para nosotros aún en sus fuentes; pero nada hay que pueda hacerlo más comprensible».1 Kant está refiriéndose en el texto al enigma de Ia facultad de juzgar sobre Ia que versa Ia tercera Crítica. La referencia a Ia idea de Io suprasensible como Ia clave para solucionar dicho enigma da a entender ya desde el prólogo de Ia tercera Crítica, que ésta no ha de leerse como un sistema articulador de las distintas facultades del hombre, sino también como un intento por buscar un fundamento metafísico que posibilite pensar unitariamente el abismo que Ia modernidad ha establecido entre Io sensible y Io suprasensible. Y el lugar privilegiado para investigar ese fundamento metafísico que posibilite Ia unidad del ser es precisamente el tema de Ia belleza, pero no considerada desde el punto de vista del juicio de gusto (ámbito de Ia subjetividad), sino desde Ia perspectiva del arte como producción (ámbito de Ia poíesis). La consideración de Ia belleza desde el punto de vista de Ia obra de arte nos permite una interpretación de Ia belleza como un fenómeno privilegiado en el que se nos manifiesta sensiblemente el ser en unidad articuladora de necesidad y libertad. En Ia belleza de Ia obra de arte se nos da resuelta Ia tercera antinomia kantiana entre libertad y necesidad. Y se nos da resuelta a través de Ia acti-
1 Kant's: Werke. Band V, Berlín, 1908. 341. La traducción española sigue Ia siguiente edición: Kant, M.: Critica del Juicio. Trad. J. Rovira. Losada, Buenos Aires, 1968. La última cifra de las notas se corresponde con esta edición. En esta nota es Ia 187.
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