|
RECENSIONES
T. Urdánoz, Historia de Ia Filosofia, VI: De Bergson al final del existencialismo (BAC, Madrid 1878) XV-773 pp. Con este volumen se acerca ya a su conclusión el mas amplio tratado de historia de Ia filosofia que existe en nuestra lengua Después de Io que he dicho en esta misma revista de los dos volúmenes inmediatamente anteriores tcf. 2 (1975) 453^ y 3 (1976) 482-41, no diré nada sobre las interpretaciones aqui propuestas; es imposible que todos nos pongamos de acuerdo en las interpretaciones y, por Io demás, el valor de una obra como Ia presente ha de buscarse en Ia cantidad y Ia calidad de Ia información ofrecida. Digamos de entrada que este tratado es Io que más se aproxima a una especie de «Ueberweg» español y Ia información recogida es más amplia que Ia de cualquier otra obra similar accesible en nuestra lengua. Sin embargo, no toda ella es de igual calidad y ésto por razones distintas. En primer lugar, sorprende Ia gran cantidad de erratas (¿errores a veces?) que se han deslizado, contra los pulcros usos del editor en este aspecto y, asi, por ejemplo en Ia p. 411 hay no menos de 7 erratas que el lector común será incapaz de corregir. Tampoco se explica uno Ia mezcla dentro del mismo plano de datos históricos seguros con anécdotas muy poco fidedignas, como sucede por ejemplo en Heidegger. La selección de las bibliografías es un tanto arbitraria a veces; así, v.gr., en Ia comprendida en las pp. 410-l se citan trabajos bastante anodinos y, en cambio, están ausentes contribuciones decisivas como las del argentino Mandrioni o las de los italianos Filippone-Thaulero y Ferretti. Esto, sin embargo, es explicable para quien conozca medianamente el período aquí historiado. El siglo XX ofrece al historiador de Ia filosofía dificultades incomparablemente más arduas que las de otros siglos por dos razones fundamentales: Ia amplitud y variedad del material a tratar y, por otra parte, Ia excesiva proximidad cronológica que enturbia Ia distancia suficiente para mantener el rigor científico por encima de efímeras modas. Cuando un solo autor se atreve con horizonte tan vasto y con una metodología com Ia aquí utilizada es inevitable que no todas las partes estén a Ia misma altura. El autor ha optado, entonces, por yuxtaponer al filo de Ia cronología las distintas filosofías que han ido sucediéndose y privilegiando, según Ia óptica «monumental» de toda Ia obra, a los filósofos eminentes sobre las corrientes. Se ha excluido de momento Ia filosofía en lengua inglesa, que será estudiada en el volumen siguiente, aunque se ha incluido aquí el pragmatismo y el neoidealismo anglosajón. Un primer núcleo de los cap. de que consta Ia obra está dedicado a las filosofías de Ia vida y de Ia acción, con dos amplios tratamientos de Bergson y Blondel y algo poco habitual en las historias de Ia filosofía como es un amplio tratamiento del modernismo religioso (pp. 300-25). Otro amplio grupo está representado por corrientes que son continuación de los movimientos escolares de finales del sigl XIX: neocriticismos y neoidealismos. Un tercer núcleo está dedicado a Ia fenomenología, con tres monografías sobre Husserl, Scheler y Hartmann (?). Finalmente, Ia parte más amplia está dedicada al existencialismo, que se inicia con Heidegger y termina con Marcel, donde lamento Ia raquítica página concedida a Merleau-Ponty y, además, como «apéndice» de Sartre. La obra termina con un útil índice de nombres y otro de materias; advierto lealmente al autor que, sin hacer un estudio sistemático del primero de ellos, he detectado gran cantidad de ausencias y de erratas. Decir que hay razones muy fuertes contra Ia colocación y Ia filiación ideológica aquí atribuidas a determinados filósofos, que Ia metodología utilizada es discutible, que sus juicios críticos pecan de simplismo y rigidez; todo ello parecen nimiedades
|