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LA COMUNIDAD CRISTIANA, REALIDAD, MISTERIO Y MISION
Pocos temas como el de Ia «comunidad cristiana» han sido objeto de atención permanente e insistente en el tiempo del posconcilio1. Y pocos temas como este han estado sometidos a Ia pluralidad y el •conflicto de las interpretaciones», al aplicarse un nombre común a una realidad diversa, y al aparecer una evidente disonancia, cuando no contradicción, entre semántica y contenido. Cuando diversas realidades vitales y comunitarias, en divergencia esencial de concepdón, ordenación y expresión de vida cristiana, reivindican para si el título de «comunidad evangélica o eclesial», no se puede por menos de formular Ia siguiente pregunta: ¿Dónde está Ia verdadera comunidad cristiana? ¿En dónde se salvaguarda más Ia identidad o se realiza mejor el ideal? ¿Puede delimitarse de modo claro en qué consiste esta identidad y este ideal?2. El problema hermenéutico-vital de Ia comunidad cristiana no es, en definitiva, sino el problema hermenéutico-vital de Ia Iglesia. Todos los fenómenos y realidades crstianas confluyen y resuenan en Ia comunidad. La comunidad es el espacio y el lugar más privilegiado de verificación concreta de Ia cristianidad del cristiano y de Ia eclesialidad de Ia Iglesia. No es, pues, extraño que por Ia misma dinámica del sentido y de Ia realidad, todos ios problemas vengan a reducirse a uno.- Ia carencia de comunidad; y todas las esperanzas vengan a cifrarse en una: Ia renovación y existencia de Ia verdadera comu1 Para una bibliografía aesquible sobre el tema comunidad: Comisión Episcopal de Pastoral, Servicio pastoral a Ios pequeñas comunidades cristianos (Madrid 1982). 2 Cf. H. Fischer - N. Greinacher - F. Klostermann, Pastorale Handreichung für den Pastoraten Dienst. Faszikel: Die Gemeinde (Mainz 1970); P. ^Vess, Gemeinde Kirche-Zukunft der Volkskirche (Freiburg 1976); L. Boff, Eclesiogenesis (Santander 1979); F. Klostermann, Gemeinde-Kirche der Zukunft. Thesen, Dienste, Modele, 2 vols. (Freiburg in Br. 1974).
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