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Literatura latina en Ia España del siglo viu
La invasión árabe del 711 produjo una inmensa conmoción, que tuvo inmediata repercusión en las letras. Un silencio cerrado y oscuro se impuso durante muchos años, frente al gran florecimiento de los dos siglos anteriores. Frente al esplendor y Ia seguridad relativa de Ia época visigótica, es preciso ahora luchar muy denodadamente por subsistir, y por ende ni resta tiempo ni posibilidades para desarrollar un quehacer literario. Si en los dos siglos anteriores Ia figura era el anacoreta o el obispo, que a Ia vez eran escritor y santo, en el futuro se irá imponiendo, cada vez más, Ia figura del héroe guerrero, en una geografía que ha venido en llamarse «sociedad de fronteras». La desorientación y Ia dispersión es Ia nota dominante entre los cristianos tras Ia invasión, frente a una inevitable euforia y arrogancia triunfalista entre los vencedores, que se sienten más que capacitados para imponer sus reglas de juego. El continuo vivir «en las armas» no era buen caldo de cultivo para dedicarse a Ia tarea de escribir grandes tratados; por ello abunda el estilo epistolar y florece Ia Crónica como género literario, precisamente en estos siglos oscuros, y también, en menor medida, Ia poesía litúrgica, que queda relegada dentro de unos límites de herencia del pasado; por una parte, se quiere ensalzar y ennoblecer ese pasado visigótico, que pervive en Ia poesía mozárabe. Veamos, pues, las principales manifestaciones literarias en Ia etapa que se extiende entre Ia invasión árabe y el entorno del escatológico año 1000, que tantos falsos presagios desató por aquellos tiempos caóticos, aunque en este artículo nos quedemos tan sólo con el siglo viii.
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