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EL LATIN ES MUY FACIL
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No es mi intención el desarmar y debilitar Ia reciedumbre del latín* No soy tan iluso que olvide el dicho de que no se ganó Zamora en una hora. No pretendo hacer ante vosotros juegos malabares que en cuatro vueltas de manos os presenten clarísima y descifrada toda Ia urdimbre del aprendizaje deI latín. ¿Cómo podía yo hacer eso ante los maestros de Ia lengua latina? ¿Cómo voy a poder olvidar el arduo trabajo que he puesto en mi vida para no llegar a conseguir quizás no más que un suave contacto periférico con el conocimiento del latín? Pero no obstante todo ello, me acucia un*present5miento queno tengo por ilusorioy éste os Io quiero proponer sencillamente. El latín es muy fácil. Es decir, creo que hay un camino corto y real y que puede llevarnos, o mejor, por el que podemos llevar alegremente a nuestros alumnos, a cierta etapa indispensable para el dominio del latín. No sé cómo llamarle, Lo de menos es el nombre. Lo importante es, que una vez propuesto, vosotros veáis algua utilidad en él, y Io ensayéis y consigáis los opimos frutos que en él se encierran. Tristes realidades, No cerremos los ojos ante las grandes realidades de Ia vida, ni escondamos Ia cabeza bajo nuestras aIasinutiIes, para no percatarnos de Ia presencia del enemigo que tenemos en casa. ¿Estamos seguros de que el fruto de nuestros trabajos docentes responde a los enormes esfuerzos que ponemos? Clase tras clase, hora tras hoConferencia pronunciada por el autor en el IV Curso de Humanidades ciá; sicas de Ia Pontificia U n i v e r s i d a d l:c!csiastica de Salamanca, agosto de 1951,
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