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EL LULISMO BARROCO Y FRAY FRANCISCO MARÇAL
I. EL LULISMO BARROCO Y SUS DISTINTAS INTERPRETACIONES
El lulismo del P. Marçal sólo tiene sentido dentro del contexto global del lulismo barroco y ambos únicamente pueden entenderse al hilo de las tendencias del pensamiento del siglo XVII. Algunas teorías definen el Barroco por su clara «ambivalencia». El Barroco contribuye a «disolver el Renacimiento al tiempo que Io prolonga de alguna manera» l. Disuelve el Renacimiento al subordinar Ia política y Ia filosofía a Ia moral y al dogma según los esquemas del más fiel tradicionalismo católico. Prolonga el Renacimiento en Ia medida que asimila algunas de sus tendencias de renovación escolásticas. El lulismo barroco asume con algunas matizaciones esta ambivalencia. Promueve una teología contrarreformista y alienta al mismo tiempo una renovada concepción científica. Generalmente, sin embargo, las d5stintas interpretaciones del lulismo barroco no se fijan en dicha ambivalencia. 1. Las interpretaciones del lulismo barroco Las interpretaciones del lulismo barroco son unidireccionales. Unas, deslumbradas por el auge del reformismo lógico-epistemológico del siglo XVII, consideran inefectiva Ia presencia de un lulismo contrarreformista. Otras, no aceptando fisuras entre Renacimiento y Barroco, entienden el lulismo seiscentista como Ia continuación de las distintas tendencias que confluyeron en el siglo XVII. Según los hermanos Carreras Artau, el lulismo barroco presenta «un panorama borroso y difuminado, en el que resulta difícil discernir sus varias corrientes, no siempre bien deslindadas entre sí», ya que no constituyen «un movimiento luliano coherente, salvo en Mallorca, donde se mantiene inalterable el culto a Llull y el estudio de sus doctrinas» 2, Pese a Io dicho y pese a
1 José L. Abellán, Historia del pensamiento español, vol., 3, Madrid, Espasa-Calpc, 1981,p.32. 2 T. y J. Carreras Artau, Historia de Ia filosofía española, t. II, Madrid, Asociación Española para el Progreso de las Ciencias, 1943, pp. 268, 289.
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