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REVELACIÓN Y TRADICIÓN
[or URSICINO DOMÍNGUEZ DEL VAL
Presentada Ia Constitución Dei Verbum en el Aula conciUar inmediatamente después de Ia Constitución sobre Ia Liturgia, su estudio y discusión fueron decisivos para Ia íutura orientación del ConcUio Vaticano II por su proyección sobre toda Ia labor conciliar. En buena lógica debió ser el primero a discutirse, no sólo porque este esquema condiciona Ia labor ulterior del Concilio, sino porque incluso Ia autoridad misma del ConciUo está en dependencia estricta de esta Palabra de Dios. El esquema fue preparado por Ia Comisión entre los años 1961-1962 y Io presentó a discusión el cardenal Ottaviani, el 14 de noviembre de 1962, en Ia XIX Congregación General, con el título de Schema de ionttt>us revelationis. Este epígrafe era ya una etiqueta que señalaba bien a las cteras Ia marca del telar. Un epígrafe no sólo vetusto sino polémico. Juan XXIII, en su exceso de bondad, había dejado nombrar las diferentes «Comisiones» preparatorias preconciliares con miembros casi exclusivamente conservadores. Hombres indiscutidamente de buena fe habían elaborado un esquema en el que se recogía más o menos Io que se enseñaba corrientemente en los manuaJes de teología al hablar del problema. Con ello —además de no señalar progreso doctrinal alguno— se marcaba una línea de Io que debía ser el Concilio: Teología clásica postridentina. Prácticamente, pues, nos quedábamos sin haber superado el año 1544, vísperas del Concilio de Trento. Y desde entonces a esta fecha, tanto Ia exégesis como Ia teología, habían dicho muchas cosas. De este modo el esquema, sin pretenderlo tal vez, bloqueaba el pensamiento bíblico y teológico. Los hechos posteriores 'lemostraron que Ia Comisión no represen1
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