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PROFESOR ENRIQUE RWERA DE VENTOSA IN MEMOFUAM
En Ia madrugada del 23 de febrero de 2000 nos dejaba, para ir «a Ia casa del Padre», como gustaba decir él, el P. Enrique Rivera de Ventosa. Precisamente ese día, aprovechando una reunión del Consejo de Administración de Ia BAC, salí muy de madrugada de Salamanca a Madrid, para hacerle una visita al P. Enrique, antes de Ia reunión. Sabía que su enfermedad avanzaba con rapidez. Pero no me figuraba que Io iba a encontrar ya amortajado a mi llegada a Ia Enfermería Provincial de los Hermanos Menores Capuchinos de Castilla, sita en el Convento de San Antonio, Bravo Murillo, 150, donde había transcurrido los últimos meses de su enfermedad. Como alumno, primero, y colega —como nos calificaba él— en Ia Facultad de Filosofía de Ia Universidad Pontificia, después, y como hermano en Ia misma Fraternidad franciscano-capuchina de Salamanca durante muchos años, es un placer dar testimonio de su vida intelectual y de algunos rasgos humanos y franciscanos de este hermano, gran humanista, sabio y filósofo.
REFERENCES MAS SIGNIFICATIVAS DE SU VIDA El P. Enrique Rivera de Ventosa, en su profesión religiosa fray Feliciano de Ventosa, nombre con el que figurará en muchos de sus escritos, nació el 31 de octubre de 1913 en Ia casa-escuela, regentada por su padre, de Ventosa de Ia Cuesta ^/alladolid). Cursó Humanidades en el Seminario Seráfico de El Pardo (Madrid) desde 1923 a 1929, fecha en que se traslada al Noviciado de Bilbao, donde emite su profesión religiosa el 4 de noviembre de 1929.
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