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LA «MORADA VITAL» Y SU INTERPRETACIÓN DESDE EL ESTRUCTURALISMO
Desde que leí por primera vez Ia obra de Américo Castro, los conceptos de «morada vital» y «vividura» me parecieron que formaban el núcleo obvio de su concepción historiogràfica, a pesar de Io confuso con. que éstos se presentaban y del hecho de que el mismo Castro hiciera, en ocasiones, caso omiso de tales postulados. Lo acertado de esta terminología, sin embargo, junto a Ia riqueza de su contenido, parecía garantizarles un fecundo porvenir. No obstante, Ia vehemencia con que Am.érico Castro formuló sus teorías y Io dogmático de su posición, motivó desde el principio que sus escritos dieran lugar a encontradas polémicas. Y si por una parte éstas infundían nueva savia a Ia investigación en el pasado español, por otro lado concentraban demasiado los esfuerzos en cuestiones de detalle que perdieron en un laberinto de controversias los principios básicos de su obra. Así se comprende que E. Salazar Chapela, por ejemplo, l considerara despectivamente a «vividura» como «un gracioso vocablo» -, o que Alberto GiI Novales sólo viera en «la morada vital» un «concepto de extraordinaria belleza poética» 2. Más serio todavía es que pensadores de Ia talla de José Antonio Maravall descarte el concepto, sin llegar a analizarlo, por parecerle «poco histórico» 3, TaI ofuscación no sólo proviene de quienes rechazaron en su totalidad o en parte Ia obra de Américo Castro, sino que sus mismos discípulos, preocupados más en Ia defensa de detalles, en definitiva carentes de valor, olvidan aquellos principios básicos en los que se asienta toda Ia construcción de Castro. En 1976, José Rubia Barcia editó un libro, Américo Castro and the Meaning of Spanish History, con el propósito explícito de «ofrecer al mundo de habla inglesa una organización sistemática del pensamiento y teorías de Américo Castro» 4. Pues bien, de los 15 estudios que integran el libro, ni uno sólo está dedicado a presentar o comentar Ia «morada vital». Omisión que se hace comprensiva cuando leemos en el primer estudio, del mismo José Rubia Barcia, que «el supuesto básico
:i E. Salazar Chapela, 'Américo Castro y La realidad histórica de España', en Cuadernos del Congreso, 10 (1955) 59. 2 Alberto GiI Novales, reseña de La realidad histórica de España, en Nueva Revista de Filología Hispánica, 18 (1962) 440. 3 José Antonio Maravall, 'La «morada vital hispánica» y los visigodos', en Cíovileño, 34 (1955) 28. 4 José Rubia Barcia, editor, Américo Castro and the Meaning of Spanish Civiliza.tion (University of California Press, Berkeley 1976) p. vii.
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