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FRANCISCO SANCHEZ:
CARTA A CRISTOBAL CLAVIO
PBOLOGO Natural de Galicia, nacido en 1550 y afincado posteriormente en Toulouse, ciudad en Ia que habría de pasar los treinta últimos años de su vida, el doctor Francisco Sánchez alternó sus labores de médico con el cultivo de Ia filosofía. Los datos biográficos que de él poseemos son escasos, y han llegado hasta nosotros gracias a su discípulo y amigo Ramón Delasse, quien nos dejó una semblanza del autor, publicada en el portal de sus Obras bajo el título De Officio Medid sive de Vita Clarisisimi Viri Domini Francisci Sanchez, quam in exemplum ómnibus Medicis futuram, Raymundus Defassus, eius olim discipulus servato veritatis sacramento candide exaravit. No es de este lugar detenerse en Ia relación de Ia vida de Sánchez. Baste aquí con decir que, a Io largo de setenta y tres años, llevó una existencia dedicada al estudio, a Ia enseñanza y al ejercicio de Ia medicina, ocupación en Ia que destacó, Uegando a alcanzar Ia fama 1 . Como filósofo, Sánchez ha pasado a Ia posteridad con el calificativo de «El Escéptico»; y su pensamiento, recogido, sobre todo, en Ia obra titulada Quod nihil scitur, no está ausente de frecuentes declaraciones de escepticismo, que en cierto modo justifican ese sobrenombre. Sin embargo, es ya un hecho bien establecido por un sector de Ia crítica, que las manifestaciones escépticas de Francisco Sánchez no agotan el sentido de su doctrina. Así Io muestran, entre otros, los estudios de Gerkrath, E. Senchet, Menéndez y Pelayo, Giarratano y Moreira de Sa. Esta rehabilitación del filósofo, dirigida a asignarle un lugar entre los precursores de Ia duda metódica y de Ia filosofía criticista, goza de buen fundamento. Menéndez y Pelayo defiende justamente a Sánchez, a quien califica de «amotinado filosófico». No Io censura cuando Io adscribe al número de los que se encargaron de ir rompiendo Ia tiranía de los grandes absolutos que se habían ido fraguando a Io largo de toda Ia Edad Media. Frente al pretencioso racionalismo de los silogistas y los dialécticos, Sánchez predicaba un modesto «nada se sabe» y hablaba
1 Una nota biográfica más extensa puede encontrarse, por ejemplo, en el trabajo de Iriarte al que aludiremos en seguida, en Ia Introducción a Que nada se sabe, trad. española de Carlos Mellizo (Aguilar, Buenos Aires 1977) y en Ia obra de A. Moreira de Sa, Francisco Sanches, Filósofo e Matemático (Lisboa 1947). En el vol. II de ese estudio se incluye Ia biografía de Delasse en su original latino y en traducción portuguesa.
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