|
Cicerón y Quintiliano ante Ia retórica
Distintas actitudes adoptadas
Al realizar un estudio crítico-comparado entre Ia obra retórica de Cicerón y Quintiliano, con objeto de observar los rasgos diferenciados de éste último, no estamos, evidentemente, exp!orando un campo desconocido. No es menester señalar Ia abundante bibliografía que obra al respecto l. Más aún, cualquier estudio quintilianeo necesita, inevitablemente, como marco referencial Ia obra retórica del arpinate, pues, en expresión de W. Kroll, Ciceros Autorität oís Redner wie als Theoriker der Rhetorik war für die Lateiner so gross, dass keiner der späteren Technographen an ihm vorbeigeben konnte; schon für Celsus war er kanonisch 2. En este sentido Quintiliano constituyó el mejor testimonio de admiración hacia Cicerón, admiración que no se limitó al terreno de Ia elocuencia, al denominarle Romanae eloquentiae principem (inst. 8, 6, 30); perfectum oratorem (inst. 12, 1, 19); al decir de aquél que Cicero iam non hominis nomen, sed eloquentiae (inst. 10, 1, 112); convirtiéndolo, incluso, en el mejor «test» para comprobar Ia madurez literaria de una persona Ule se profecisse sciat, cui uaJde Cicero placebit (inst. 10, 1, 112), Más aún, tal veneración se produjo también en el campo de Ia retórica, llegando a
1 F, Sehlmeyer, Bezihungen zwischen Quint, inst. or. und Ciceros rhetor. Schriten (Münster 1912); O. Poehlmann, Dos stilistische Verhältnis Quintilians zu Cicero (Erlangen 1922) ; E. Emlein, De locis quos ex Ciceronis orationibus in institutionis oratoriae duodecim libris laudauit Quintilianus (Heidelberg 1907); C, Marchesi, 'De Quintiliano Ciceronis laudatore', Class. e Neolat., 1 (1911) pp. 262-72. 2 W. Kroll, 'Bhetorik", B.E. Suppl. VII (1940) 1039-1138.
|