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El Pontificio Inatituto Oriental de Roma en Ia línea ecuménica del Vaticano II
Una de las acciones ecuménicas, marcadas por el Concilio Vaticano II, es el "conocimiento mutuo". "Conviene —dice el Decreto de Ecumenismo- conocer el espíritu de los hermanos separados. Para ello es absolutamente necesario el estudio, que debe realizarse guiado por Ia verdad y Ia benevolencia. Los católicos, debidamente preparados, han de adquirir un mejor conocimiento de Ia doctrina y de Ia historia, de Ia vida espiritual y cultual, de Ia psicología religiosa y de Ia cultura propias de los hermanos" (n. 9). ¿Quién no verá un auténtico precedente histórico de este texto conciliar en el Motu Proprio de Benedicto XV, con motivo de Ia f u n dación del Pontificio Instituto Oriental, en 1917? "Hemos instituido —decía el Papa— Ia Sagrada Congregación para Ia Iglesia Oriental, en el mes de mayo del año en curso, con el fin de suscitar en el Oriente Católico Ia esperanza de su prosperidad antigua. Pero, nuestro propósito, ciertamente será cumplido más fácil y abundantemente, si los que han de ayudarnos a realizarlo, lograren una óptima instrucción y preparación para el trabajo. Por Io cual, hemos decretado Ia fundación, en Roma, capital del orbe cristiano, de un instituto (domicilio) nuestro de altos estudios sobre cuestiones orientales, equipado con todos los medios que exige Ia cultura de nuestro tiempo e insigne por los doctores más eruditos en cada una de las materias. En él deberán, en primer lugar, formarse convenientemente los sacerdotes latinos que quisieren desempeñar el sagrado ministerio en Oriente.
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