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EL “DOLOR TANTÁLICO” DE KANT. INTENTO DE UN DIAGNÓSTICO Y PRINCIPIO DE UNA TERAPIA
1.
PRELIMINARES EL
PUNTO DE PARTIDA HISTÓRICO, DATOS PARA LA DISPOSICIÓN, HACIA EL
PROBLEMA DE UNA COMPRENSIÓN AUTÉNTICA DE
KANT
A mediados de septiembre de 1798 recibe Kant, que tenía entonces 74 años, de parte de Christian Garve, popular filósofo de Breslau, una carta1 con un informe detallado de su enfermedad. Garve describe sus sufrimientos, desde hace años, debidos a una úlcera cancerosa, que resistiendo a toda curación le ha abierto una cavidad en la mitad derecha de la carai. Kant no demora en contestar a esa carta y escribe entre otras cosas:
“¡Estímadísimo amigo!… La descripción conmovedora de sus sufrimientos corporales, con la fuerza espiritual de sobreponerse a ellos, y de trabajar para lo mejor siempre con alegría, despiertan en mí la mayor admiración. —Pero no sé, si en un mismo esfuerzo de mi parte, Usted no experimentaría el destino que me ha tocado a mí como más doloroso, si Usted se trasladase a ello en pensamientos; es decir lo que significa para el trabajo intelectual, teniendo considerable bienestar corporal, el estar como paralítico: el final total de mi cuenta, que de hecho se refiere al todo de la filosofía (tanto al objetivo como a los medios), existir frente a uno y pese a ello verlo
1 La carta de Christian Garve está impresa en: AA XII (1922 [Repr. 1969]) 254-256. Según la propia descripción de Garve en el caso de su enfermedad se trata probablemente de un ‘lupus vulgaris’, una ‘tuberculosis cutis luposa’.
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