SUMMA. Repositorio Institucional

Diálogo Ecuménico t. XLI, n. 130-131 (2006) 225-227 MEDITACIÓN DEL HERMANO Alois DE TAIZÉ* Constituye para mí una gran alegría el hecho de que se me haya pedido meditar con vosotros el Evangelio de la Transfiguración (Lc 9, 28-36). Creo que puedo manifestar, de parte de todos nosotros, a los cristianos de las Iglesias ortodoxas, nuestro agradecimiento por haber prestado una atención tan grande al significado de la transfiguración, y por haber sido los primeros en celebrarla como una fiesta particular. La fiesta de la transfiguración fue introducida pronto en Occidente por uno de los primeros abades de Cluny, Pedro el Venerable. Para nuestra comunidad de Taizé vivir la transfiguración ha sostenido siempre nuestra vocación. El Hermano Roger nos ha hablado de ella muy a menudo. Este relato del Evangelio nos invita a entrar en una dinámica nueva. Nos ha conducido nada menos que a participar en el misterio mismo de Cristo. ¿Cuál es este misterio? Nuestro texto levanta una parte del velo y nos hace entrever quién es realmente Jesús. * Traducción de la lengua italiana al español de la Prof. Dra. Rosa Herrera García. Revisión técnica y teológica del Prof. Dr. Fernando Rodríguez Garrapucho. 225

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