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REESTRUCTURACIÓN DEFINITIVA DEL "CONSILIUM DE LAICIS" Y DE LA PONTIFICIA COMISION "JUSTITIA ET PAX"
I
DOCUMENTOS
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LETRAS APOSTÓLICAS "APOSTOLATUS PERAGENDI", EN FORMA DE "MOTU PROPRIO", CON LAS QUE EL "CONSILIUM DE LAICIS" RECIBE UNA ESTRUCTURA NUEVA Y ESTABLE, TOMANDO EL NOMBRE DE "PONTIFICIUM CONSILIUM PRO LAICIS"
PABLO PP. VI
Las distintas formas de apostolado o diversidad de operaciones (cf. 1 Cor 12, 5) que miran a Ia edificación del Cuerpo místico de Cristo, que es Ia Iglesia, corresponden también con pleno derecho a los laicos, tal como ha enseñado recientemente el Concilio Vaticano II, esclareciendo Ia doctrina tradicional sobre tal materia. En efecto, los seglares "viven en el siglo, esto es, en todos y cada uno de los deberes y ocupaciones del mundo, y en las condiciones ordinarias de Ia vida familiar y social, con que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios, para que, desempeñando su propia profesión, guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a Ia santificación del mundo como desde dentro, a modo de fermento, y así hagan manifiesto a Cristo ante los demás, primordialmente mediante el testimonio de su vida, por Ia irradiación de Ia fe, Ia esperanza y Ia caridad" (Lumen gentium, 31). Los tiempos actuales, como a nadie se Ie oculta, están pidiendo un apostolado más intenso y más amplio por parte de ellos; "prueba de esta múltiple y urgente necesidad es Ia acción manifiesta del Espíritu Santo que da hoy a los seglares una conciencia cada vez más clara de su propia responsabilidad y los impulsa en todas partes al servicio de Cristo y de Ia Iglesia" (Apostolicam actuositatem, 1). Bajo el impulso de este estado de cosas y de Ia exhortación del mismo Concilio (cf. ib., 26), el año 1967 instituimos, dentro de Ia Curia Romana, el Consejo de Laicos, por medio del "Motu proprio" Catholicam Christi Ecclesiam, del 6 de enero de aquel año. No hay que olvidar que tal Consejo fue constituido con carácter experimental y temporal, dado que el funcionamiento y Ia misma experiencia podían aconsejar cambios oportunos (cf. AAS, 59, 1967, p. 28). Tenemos que confesar que el Consejo ha cumplido diligentemente las funciones que Ie fueron encomendadas, bien promoviendo, coordinando y orientando el apostolado seglar a nivel nacional o dentro de Ia misma Iglesia, bien aconsejando a Ia jerarquía y a los seglares o también haciendo estudios sobre el tema o emprendiendo otras iniciativas.
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