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REDC 61 (2004) 115-143
IDONEIDAD Y FORMACIÓN DE LOS CATEQUISTAS DE CONFIRMACIÓN E ITINERARIOS FORMATIVOS EN ESPAÑA
I.
INTRODUCCIÓN
La eficacia salvadora de toda actividad pastoral en Ia Iglesia depende exclusivamente del Espíritu Santo. A nosotros nos corresponde ser mediadores —e intercesores— de esa acción del Espíritu, procurando realizarla bien. En el contexto de Ia nueva evangelización, toda tarea a favor de Ia educación de Ia fe, y en especial Ia catequesis, ocupa un lugar primordial. De ello son testigos tantos proyectos sencillos en pueblos pequeños como los planes más elaborados de un proceso continuo en parroquias de ciudad. En unos y otras, una figura es esencial, el catequista, y unos medios son necesarios, los catecismos y los materiales. Catequistas, catecismos y materiales catequéticos constituyen una seria preocupación en muchas de nuestras iglesias particulares, que intentan responder a Ia dificultades crecientes a Ia hora de engendrar y tallar en Ia fe a las nuevas generaciones. A través de Ia catequesis en general, y del proceso de confirmación en particular, hoy, como en Ia primera hora, Ia Iglesia es «la madre que ofrece su regazo a los no regenerados y amamanta a los regenerados» (San Agustín). ¿Cómo se preocupa hoy, Ia Iglesia en España, por ejercer esta maternidad con los adolescentes y jóvenes que se acercan a Ia confirmación? Desde el punto de vista de Ia acción catequética, buscaré responder siguiendo los tres apartados que me ofrece el mismo título de Ia ponencia y que constituyen otros tantos momentos a Io largo de Ia exposición: en primer lugar, sobre Ia idoneidad del catequista: ¿quién eres? ¿qué dices de ti mismo? ¿cuáles son tus actitudes y aptitudes?; después, sobre Ia formación: ¿qué debe saber? ¿qué tiene que transmitir? ¿cómo Io puede hacer?; y finalmente, sobre aquellos itinerarios formativos que, instaimentos valiosos en manos del catequista, más se utilizan en nuestro país.
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