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EL PENSAMIENTO DE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS
No hay una fecha en Ia historia que haya tenido tantas consecuencias para Ia vida del hombre como Ia del 12-10-1492. Las Casas, testigo de excepción, valora y admira «tan grande y nueva hazaña» que alegrará a toda Ia cristiandad, «pues por el [descubrimiento] abrió Dios el camino para el principio de Ia última predicación del evangelio..., en Io último ya del mundo» 1 . Lo primero era ya sentir común, dentro y fuera del continente americano, pues que se había iniciado un proceso de transformación que abarcaba todas las formas del saber y del sentir; Io segundo, Io de Ia predicación final «última» en Io «último» es un asomo del profetismo del padre dominico. Pero hoy, aquí, vamos a hablar de pensamiento. Y en el ideario lascasiano destacan vigorosas tres ideas que, al menos implícitamente, se repiten machaconamente y que expresa el autor de Ia siguiente manera: 1) Todas las naciones son hombres: los indios, también Io son, y dotados de gran excelencia; 2) les corresponde todos los derechos inherentes a Ia persona humana; 3) los derechos de España en las Indias no son otros que los derivados de Ia misión evangelizadora encomendada por el Papa.
1. TODAS LAS NACIONES SON HOMBRES Su concepción del hombre se centra en Ia idea de unidad específica del género humano. Todos los hombres son esencialmente iguales y dignos de respeto, y tienen unos derechos que, por nacer de Ia naturaleza, son derechos naturales, inviolables e inalienables; y unos atributos fundamentales: racionalidad, libertad y sociabilidad 2. Lo postula como un concepto recibido de autores
1 Bartolomé de Las Casas, Obras Completas, vol. 4: Historia de las Indias, Ed. Isacio Pérez, cap. 79, p. 834. 2 La unidad del género humano tiene su fundamentación teológica en los relatos de Ios orígenes del libro del Génesis (c. 11); y Io reitera san Pablo: «Dios creó de uno sólo todo el linaje
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