|
LA PRESENCIA DE FILON EN EL HEXAMERON DE TEOFILO DE ANTIOQUIA
A.
DlSCUSION SOBRE EL TIPO DE CBISTIANISMO DEL AD AUTOLYCUM
Teófilo, de origen pagano probablemente sirio, fue el sexto obispo de Antioquía, según Eusebio en su Historia 4, 20, hacia fines del siglo segundo. Al inicio del mismo siglo, el segundo obispo de Antioquía, el mártir San Ignacio, había estampado en sus Epístolas tes marcas de una corriente cristiana muy definida *. y que difiere notablemente de Ia ideología de Teófilo. No es posible establecer una perfecta continuidad teológica, pues, en este primer siglo de vida de Ia comunidad que, juntamente con Roma y Alejandría, habría de componer el triángulo cultural donde se apoyarían los sucesivos desarrollos y polémicas de Ia idea cristiana. En un punto crítico se advierte Ia diferencia: mientras Teófilo parece diluir Ia contraposición de Ia nueva doctrina respecto de su matriz judía en Ia continuidad de profetas y evangelistas, Ignacio, en cambio y an,tes que él, había opuesto duramente ambos caminos, siendo el primero que exprese Ia contraposición en los dos términos que han llegado hasta nosotros, ioudaismós - christianismós 2. Si miramos hacia los años que siguen en Antioquía al episcopado de Teófilo, nuevamente encontramos un siglo oscuro por Ia carencia de datos. Hacia fines del siglo tercero otro obispo de Antioquía, Pablo de Samosata, se convierte en un actor fundamental de Ia historia del cristianismo3. Sostuvo que Jesús, como Hijo de Dios, era simplemente un hombre, y que el Espíritu era Ia gracia divina donada a los cristianos. Esta doctrina, que en cierta manera exponía en Ia
1 Dentro de Ia tradición sirio paulina, aunque con perfiles propios, véase al respecto R. Bultmann, 'Ignatius und Paulus', en Studía Paulina (Haarlem Uo5) 37-51; sobre Ia diferencia con Teófilo, véase R. Grant, 'The Problem of Theophilus', HThR (1950) 194-196. A pesar de las polémicas recientes, sigo considerando que las cartas ignacianas deben ser datadas en los inicios del siglo u. 2 Ignacio, Ad Magn 10, 3. Cf. Ad Magn 8-10; Ad Rom 3, 3 y Ad Phil 6, 1. 3 Véase el informe de Eusebio, Hisí Ecles VII 27-30. Cf. Leoncio de Bizancio, De sectis 3 y Jerónimo, De viris illustr 71.
|