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La actividad publicitaria de Cicerón sobre las fuentes y en Ia literatura moderna
Cualquier intento de clasificación de los escritos políticos de Cicerón entre las obras de historiografía pura está destinado a fracasar, puesto que tales escritos no responden a los criterios de Ia historiografía según fueron determinados por los antiguos. Los especialistas en filología clásica distinguen entre dos tendencias distintas al tratar del desarrollo de Ia historiografía, tendencias que definen con los términos de pragmática y retórica. El padre de Ia primera tendencia fue sin duda Tucídides, quien en su monografía sobre Ia guerra del Peloponeso estableció los fundamentos del método de Ia historiografía científica. El hecho de que Cicerón escribiera: Nam quis nescit, primam esse historiae legem, ne quid falsi dicere audeat? Deinde ne quid veri non audeat? x significa que conocía muy a fondo el credo histórico de Tucídides. Sin embargo, los historiadores antiguos (con raras excepciones, como Polibio) no siguieron a Tucídides, sino que prefirieron Ia segunda tendencia historiogràfica, conocida como retórica. De hecho, Ia historiografía retórica tomó el rumbo que Ie fuera dictado por Ia influencia del famoso orador griego Isócrates, cuya actividad se había desarrollado entre los siglos quinto y cuarto a.C. Isócrates relegaba a segundo lugar Ia verdad y Ia precisión históricas, concediendo el primero al estricto mantenimiento de Ia estructuraretórica de Ia composición artística. Ateniéndose a tales directrices, Cicerón escribió que el ensayo histórico es un opus oratorium máxime 2, es decir, una categoría lite1 Cic. De or. 2, 62. 2 Cic. leg. 1, 5.
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