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Durante las últimas tres décadas, un número creciente de mujeres del mundo desarrollado han optado por retrasar el momento del embarazo hasta los 35-40 años. La edad se comporta como un factor de riesgo progresivo, es decir, los riesgos perinatales y maternos aumentan a medida que ésta también lo hace. Sin embargo, los enormes avances en medicina, junto con la atención que presta el personal de enfermería, permiten que en la actualidad la mayor parte de estos embarazos tengan un desenlace feliz. En este sentido, el profesional de enfermería va a ser esencial para un desarrollo adecuado, proporcionando una atención individualizada y específica para cada gestante, basada principalmente en cuidados físicos, actividades educativas además de un gran apoyo emocional.
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