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RECENSIONES
Salmanticensis 64 (2017) 479-496
María Jesús Fernández Cordero, Juan de Ávila (1499?-1569). Tiempo, vida y espiritualidad. BAC, Madrid 2017, 924 pp.
No es lo mismo conocer un museo, una ciudad, con un guía turístico que con un historiador. El historiador vive la ciudad, mientras que el guía la visita. Con el historiador, el museo –que el guía muestra como una reliquia– nos traslada a otra época. Así es la experiencia de recorrer la vida de Juan de Ávila de la mano de María Jesús Fernández Cordero, doctora en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, licenciada en teología por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, donde imparte clases de Historia de la Iglesia en la Edad Moderna (universal y de España) y de Historia de la espiritualidad desde 2001. La autora ha dedicado largos años de investigación al Maestro Ávila, especialmente desde que fue declarado Doctor de la Iglesia Universal. Aunque tiene publicaciones anteriores –sobre la mujer en su vida y predicación (2005) y sobre las cartas de consolación (2011)–, a partir de 2012 intensificó su dedicación: en 2013 publicó un trabajo sobre su faceta evangelizadora y otro sobre la redamatio, y ahora ha sacado a la luz esta gran biografía casi “miliar”, no solo en páginas sino también como punto de referencia ineludible en la futura investigación sobre el Apóstol de Andalucía.
El Doctorado de San Juan de Ávila no fue solamente punto de llegada, sino también invitación a profundizar, investigar y difundir a este “Maestro” de la Iglesia, como han demostrado las numerosas tesis, publicaciones y congresos, así como las recientes líneas y proyectos de investigación en varias Universidades, que pretenden arrojar nueva luz sobre aspectos hasta ahora inéditos. Así lo demuestra la publicación que nos ocupa que quiere liberar a Ávila de los “estrechos esquemas” y “moldes eclesiales” en que no pocas veces ha sido encerrado “para recuperar al hombre en su sentido integral”, insertándolo en su propio ambiente humanista.
La profesora Fernández Cordero constata que normalmente las semblanzas hagiográficas de san Juan de Ávila han proyectado sobre él anacrónicamente los intereses y sensibilidades de sus autores. Fray Luis de Granada acentuó su faceta como predicador para sus discípulos más inmediatos; Luis Muñoz destacó su santidad en
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