‹ Back to search results
SUMMA > Biblioteca Digital > Revistas UPSA > Diálogo Ecuménico > 2005, #127 > Pages 338-383
Anexo C. Implicaciones eclesiológicas y ecuménicas del Bautismo común. Un estudio del Grupo mixto de trabajo
ANEXO C IMPLICACIONES ECLESIOLÓGICAS Y ECUMÉNICAS DEL BAUTISMO COMÚN UN ESTUDIO DEL GRUPO MIXTO DE TRABAJO Introducción 1. El bautismo introduce en los misterios salvíficos de la reconciliación del género humano con Dios por Jesucristo. El bautismo crea una relación excepcional con Cristo porque es participación en su vida, su muerte y su resurrección (cf. Bautismo, Eucaristía y Ministerio [BEM], B 3). 2. “A través de su propio bautismo, los cristianos son llevados a la unión con Cristo, con cada uno de los otros cristianos y con la Iglesia de todos los tiempos y de todos los lugares” (BEM, B 6), la comunidad que se ha formado por la gracia consoladora de Cristo. Numerosas personas conocen por experiencia las penas y la angustia causadas por la ruptura de las relaciones sociales, por una vida de familia rota, con todos los efectos desastrosos que la desunión puede tener sobre los que la viven. El mundo muestra signos de rupturas en las relaciones humanas; estructuras de alienación y de división contradicen la unidad querida por Dios para todos los pueblos y para toda la creación (Col 1, 15). Pero el bautismo es el acto gozoso por el que uno es acogido en una nueva y afectuosa comunidad de fieles unidos entre ellos en Jesucristo –una comunidad que transciende incluso las divisiones evidentes en la sociedad. La vida en Cristo aportada por el bautismo es un baño apaciguador tanto para los individuos como para la comunidad en un mundo roto y pecador. 3. Mientras que las Iglesias divididas contradicen la reconciliación de Dios en Cristo, uno de los grandes logros del movimiento ecuménico moderno ha sido mostrar, como ha declarado el papa Juan Pablo II, que “la fraternidad universal de los cristianos se ha convertido en una firme convicción ecuménica... Tiene su raíz en el reconocimiento del único Bautismo...” (Ut unum sint 42). A causa de nuestro bautismo y de nuestra vinculación a Cristo podemos llamarnos cristianos unos y otros. En efecto, a partir de un reconoci338
PDF
46
x
284 KiB (290,798 bytes)
/ / : :