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HISTOBIA ECLESIÁSTICA
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2) HISTORIA ECLESIÁSTICA
Lydia Von Auw, Angelo Clareno et les spirituels italiens. (Roma, Edizioni di Storia e Letteratura 1979) XVI-329 pp. Esta monografia sobre Angel Clareno, el jefe de los «espirituales» de mayor significación en el duro terreno de las tensiones y de las luchas de Ia vida eclesial de Ia época, fue presentada por Ia autora como tesis de Ia universidad de Lausana en 1948 y publicada parcialmente en 1952. Ahora se nos ofrece el estudio completo, bien digno de ser conocido por penetrar en una de las épocas más turbulsntas de Ia vida de Ia Iglesia en Ia que se iniciaron bifurcaciones y contrastes que llegan hasta nuestros días. La dedicatoria, «In memoriam Ernesti Buonaiuti», habla bien de ello. El estudio va desarrollándose al filo de Ia vida de A. Clareno, que nace probablemente en 1240 y muere ciertamente en 1337. a Ia edad de 97 años. Ya de joven percibe Ia excisión de Ia orden franciscana entre conventuales, defensores de Ia vida común y de los privilegios, obtenidos del Papado, y los zekinti, contrarios a todo privilegio y defensores de Ia interpretación rígida de Ia Regla de San Francisco. A. Clareno opta con sinceridad y entusiasmo por estos últimos. Tiene, por ello, que sufrir cárcel y cuando puede librarse de Ia misma se marcha a Ia lejana Armenia para satisfacer su celo apostólico. Elegido el monje Pietro Morrone Papa con el nombre de Celestino V los espirituales hallan apoyo on sus planes de reforma de Ia orden. Con gran escándalo en Ia vida interna de Ia comunidades franciscanas este Papa concede a Clareno y a los suyos Ia separación, Ia primera en Ia larga historia de los desgarros internos franciscanos, de los que hay que decir, pese a su aspecto discutible en el campo jurídico, que fueron siempre escuela de grandes santos. Alma de santo tenía A. Clareno como su protector San Pedro Celestino. Pero Ia renuncia de éste al papado unos meses después de haberlo aceptado echa por tierra los planes reformadores de A. Clareno. Lo peor del caso fue que Io enfrentó con el sucesor Bonifacio VIII. Perseguido de nuevo, A. Clareno huye a Ia vecina Grecia donde prosigue Ia organización espiritual de Ia orden. Convocado el Concilio de Viena (Francia). A. Clareno, apoyado en las grandes amistades de que siempre se vio rodeado, regresa de Grecia y de nuevo trabaja en pro de su obra. Fruto de su esfuerzo fue el espíritu que anima las declaraciones de Clemente V sobre Ia Regla franciscana. Pese al apoyo de este Papa, no logró sin embargo, plenamente triunfar. Peor suerte corre con el anciano y tozudo Juan XXII con quien tiene un altercado y Ia cárcel como secuencia. A. Clareno quiere obedecer al Papa, pero insiste en que sobre el Papa está el Evangelio y Ia Regla franciscana que Io interpreta. Apoyado por Ia familia Colonna, regresa a Italia y se retira a las soledades del Subiaco donde compone, ya muy anciano, sus obras, especialmente Ia que Ie ha dado a conocer en Ia literatura eclesial: Historia septem tribulationum. Allí muere en veneración popular pero sin sepulcro que recuerde su memoria. Después de esta descripción de Ia vida de A. Clareno Ia autora se detiene a analizar su mística. Es aquí donde su mentalidad protestante se refleja en algunos detalles como el de tildar de «fransciscanolatria», Ia veneración a San Francisco y el de discutir si A. Clareno aceptaba el valor de las buenas obras. Un último capítulo Io dedica a los seguidores de A. Clareno. Se dan
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