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Santísima] es curar. Su maternidad, aun dentro de Ia liturgia, está pasandomás y más a segundo término» (p. 76). Y esta otra: «Jesús llamó para apóstoles a hombres casados [sólo consta de Pedro] y aun como apóstoles eran casados 'los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas' (1 Cor 9, 5)». Sobre Ia manera de interpretar Ia conocida frase «mujer hermana», contenida en ese pasaje se me permitirá remitirme, v. gr., a mi libro Ministros de Cristo. Sacerdocio y sacramento del orden, núm. 505. La mayoría de las disertaciones que se introducen en este libro propugnan un celibato voluntario, pero se reconoce como objección que «el pueblo católico no Ie entenderá ni Io tolerará» (p. 78). ¿No debe ser también signo de los tiempos escuchar Ia voz de Ia comunidad? En pro del celibato como necesario casi únicamente se oyen las voces de K. Rahner, de E. Schillebeeckx (reproduciendo artículos o trabajos antes publicados) ; favorece Ia institución del celibato el prior de Taizé Roger Schütz. Fuera de estos testimonios, y de algún otro, Ia tendencia del libro nos parece frecuentemente unilateral, con olvido de otros valores, sobre todo ascéticos, del celibato. M. Nicolau
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LITURGIA
T. CABESTRERO, Navidad y Epifanía del hombre nuevo. Ed. Sígueme, Colección Estela, núm. 96. Salamanca, 1970, 282 pp., 19 x 12 cms. El nombre de este Autor es suficientemente conocido por sus trabajos en orden a ayudar a los sacerdotes en Ia difícil y comprometida tarea de preparar semanalmente Ia homilía de Ia misa. El libro que presentamos ahora —el tercero que ha dedicado el autor a Ia nueva estructuración del año litúrgico— es un buen ejemplo de este servicio eclesial que está realizando T. Cabestrero. El subtítuio de Ia obra define con claridad meridiana el contenido de las ideas que han dirigido el trabajo de este comentario. El subtítulo reza así: «De Ia palabra de Dios a Ia oración, a Ia homilía y a Ia vida». Cabestrero ha intentado convertir las perícopas bíblicas del tiempo de Navidad en oración, en confesión de Ia fe cristiana y en vida para todos los creyentes. Y el autor ha conseguido mucho. La estructura de estos comentarios homiléticos es Ia siguiente : lectura profética (comentario y texto); lectura evangélica (comentario y texto); lectura apostólica (comentario y texto); esta palabra nos juzga; vivir hoy en Cristo a Ia luz de su palabra y testigos modernos de Ia palabra. Una estructura ágil, actual, sugerente y práctica. Estos comentarios, es verdad, no se distinguen por sus aspectos teológico o bíblico. No obstante, ofrecen a los lectores un conjunto de sugerencias que facilitan enormemente Ia elaboración de Ia Homilía. El sacerdote no encontrará aquí —sería desastroso— las homilías ya hechas. Estas páginas presentan un conjunto de datos que cada Pastor de almas tendrá que meditar, pensar y adaptar a las características de su comunidad. Entre las caracteríticas litúrgicas de este libro recordamos algunas: su validez para los tres ciclos del nuevo año Litúrgico; su sentido plenario al presentar un comentario para cada día del tiempo de Navidad, es decir, desde el día 24 de diciembre con Ia misa de Ia Vigilia hasta el domingo después del día de Epifanía inclusive; une el comentario de Ia lectura profética al de Ia lectura evangélica, dejando para el final el comentario a Ia lectura apostólica, debido a Ia mayor unidad temática existente normalmente entre Ia primera y tercera lecturas de Ia misa, etc.... Indudablemente este libro representa una gran ayuda a Ia hora de preparar Ia homilía y su lectura será útil —y por Io mismo aconsejable— a todos los responsables en Ia dirección ministerial de las comunidades cristianas. Pedro Fernández, O. P. E. LlPINSKI, La Liturgie Pénitentielle dans Ia Bible. Les Editions du Cerf, Paris, 1969, pp. 117, 25,5 x 13,5. Las liturgias penitenciales están muy evolucionadas en Ia Sagrada Escritura, como Io demuestra el autor de esta obra, a través de sus reflexiones. Lipinski intenta en este Ii-
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