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RECEN SION ES
M. É. BoisMARD, F. M. BRAUN, L., CERFAux, etc., L'Evangile de Jean. Etudes et problèmes. Bruges, Desclée de Brouwer, 1958.—258 p. 22 cm. En el présente volumen se recogen los trabajos de las octavas «Jornadas Bíblicas de Lovaina», referentes todos al IV Evangelio, que fué el tema general de dichas Jornadas. No cabe duda que el tema es de máxima actualidad, sobre todo a partir de los descubrimientos de Qumran. Contra Io que a principios de siglo opinaban Ia mayoría de los críticos, hoy puede darse ya por demostrado que el rv Evangelio está profundamente enraizado, más que en el helenismo extranjero de uno u otro matiz, en el judaismo contemporáneo palestinense. Nos parece, pues, muy acertado que en Ia reunión científica de Lovaina se hayan tratado estos temas. Oamos Ia lista de los trabajos: PH. M. MENOUD, Les Etudes johanniques de BuUmann à Barrett (p. 11-40). M. E. BoisMARD, O. P., Importance de Ia critique textuelle pour établir l'origine araméenne du quatrième evangile (p. 41-57). V. MARTiN, Un nouveau Coäex de papyrus du IV évangile (p. 59-60). H. VAN DEN BusscHE, La structure de Jean I-XIl (p. 61-109). J. GiBLET, Jésus et Ie «Père» dans Ie IV évangile (p. 111-130). W. GROssouw, La glorification du Christ dans Ie quatrième évangile (p. 131-145). L. CERFAux, L'Evangile de Jean et Ie «logion johannique» des Synoptiques (p. 147-159). I. DE LA PoTTERiE, S. I., L'impeccabüité du chrétien d'après ì Joh. 3, 6-9 (p. 161-177). P. M. BRAUN, O. P., L'arrière-Jond du quatrième Evangile (p. 179-196). G. QuispEL, L'Evangile de Jean et Ia Gnose (p. 197-208). J. CoppENs, Le Don de l'Esprit d'après les textes de Qumrân et Ie quatrième Evangile (p. 209-223). A. LAURENTiN, Jean, 17, 5 et Ia prédestination du Christ à Ia glorie chez S. Augustin et ses prédécesseurs (p. 225-248). Como puede observarse, los temas tratados son muy varios, abarcando cuestiones de crítica literaria, de exégesis, de teología bíblica, etc. Aunque no es posible detenernos a hacer un análisis detallado de cada uno de los trabajos, sí juzgamos de interés señalar las principales conclusiones a que llegan sus autores. Algunos de los trabajos, como los de Menoud y Laurentin, son de carácter histórico, aunque no por eso menos interesantes. En el de Menoud se nos da una vista panorámica de las corrientes actuales en Ia interpretación del IV Evangelio, y en el de Laurentin se hace un hermoso estudio sobre Ia interpretación de San Agustín al texto de Joh. 17, 5, en que Cristo pide al Padre que Ie glorifique con Ia «gloria que tuvo cerca de él antes que el mundo existiese». Parece que San Agustín no se mantuvo siempre en Ia misma línea de interpretación al citar este texto, influyendo bastante en ello las preocupaciones doctrinales que en cada momento más Ie afectaban. Así, en las obras anteriores a su comentario a S. Juan, bajo el influjo de Ia lucha antiarriana, tiene especial empeño en hacer resaltar que Cristo nada pide para sí, como si de algo careciese, ni siquiera para su humanidad, sino que pide únicamente Ia «manifestación» de su diviniflad, de esa divinidad que siempre ha tenido, antes de que el mundo existiese. Por el contrario, en su Comentario a S. Juan, por los años de 413415, bajo Ia preocupación de Ia lucha antipelagiana, su interpretación de este texto va por otro camino, refiriéndolo no a Ia manifestación de su divinidad, sino a Ia gloria a que Cristo estaba ab eterno «predestinado». Esta «gloria» o plan de Dios respecto de Ia misión de Cristo, elegido para cabeza de Ia humanidad y fuente de gracia y de
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