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por A. ARINO ALAFONT
I.—Visita ¡Apostólica En el plan de Visita Apostólica a todos los Seminarios de España entraba también nuestra Universidad Pontificia. Al efecto el día 13 de mayo nos vimos honrados con Ia presencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Pablo Gúrpide Beope. Obispo de Sigüenza, en calidad de Visitador Apostólico. La recepción tuvo lugar en Ia capilla de Ia Universidad. Después de unos minutos de oración y del canto del Te Deum nuestro Gran Canciller dió Ia bienvenida al señor Visitador, describiendo a grandes rasgos Ia labor cultural que viene llevando a cabo esta Universidad en los años que lleva de vida. En su contestación el señor Visitador hizo un sucinto comentario a Ia Constitución Apostólica Deus scientiarum Dominus, acentuando el progreso que supone para los estudios eclesiásticos. La premura de tiempo de que disponía, por haber tenido que interrumpir anteriormente, por motivos de salud, el itinerario de sus visitas, no Ie permitió permanecer entre nosotros más que dos días. Los Profesores y alumnos testimoniaron su inquebrantable adhesión a Ia Santa Sede, en Ia persona de su legado. II.— Acto oficial de jubilación de cinco Profesores En un ambiente familiar y cordial de despedida tuvo lugar el día 4 de junio, en el aula magna de Ia Universidad el acto oficial de jubilación de cinco Profesores de esta Universidad. Fueron estos: Ilmo. Sr. Dr. D. Gregorio Alastruey, Profesor de Teología Dogmática Especial y Mariología, antiguo Rector Magnífico. Rvdo. Mtro. P. Fr. Alberto Colunga, O. P., Profesor de Sagrada Escritura (Exégesis del Antiguo Testamento) y de Teología Bíblica. Rvdo. Dr. P. Aurelio Yanguas, S. I., Profesor de Teología Moral Especial. Rvdo. P. Fr. Claudio de Jesús Crucificado, C. D., Profesor de Ascética y Mística. Rvdo. Sr. D. Fulgencio Riesco, Profesor de Paleografía y Archivística. Bajo Ia presidencia amable del Sr. Obispo Gran Canciller, y tras unas palabras de gratitud y alabanza a los homenajeados del Ilmo. Sr. Rector Magnífico, el P. Claudio de Jesús Crucificado, C. D., dió su última lección de cátedra, que reproducimos textualmente aquí: «MI ULTIMA LECCION EN LA CATEDRA DE ASCETICA Y MISTICA Quiero en esta ocasión tocar un tema de cierta actualidad, relacionado con Ia materia que he venido explicando en esta Universidad Pontificia; y ciertamente, no hallo otro, que exponer nii situación de ánimo al encargarme hace quince años de Ia cátedra de Ascética y Mística y cómp en parte ha venido desenvolviéndose mi enseñanza en ese tiempo. Así podrán deducirse algunos caracteres de esta disciplina tal como yo Ia concibo y también algunas de las enseñanzas que contiene. La cátedra de mística (entendiendo por tal toda Ia doctrina de Ia vida espiritual) hacía varios siglos que fué instituida en mi Orden de OarmeUtas Descalzos, donde produjo frutos tan copiosos y sazonados de enseñanza, como nos demuestran las obras tan conocidas : Summa Theologiae Mysticae de Felipe de Ia Santísima Trinidad ; Cursus Theologiae Mystico-Scholasticae de José del Espíritu Santo y otros que sería prolijo enumerar. Con todo, esta misma cátedra era por aquellos días de muy reciente introducción en los estudios universitarios eclesiásticos. Funcionaba hacía pocos años en Roma, en Ia Gregoriana y en el Angelicum, regentada por teólogos tan eminentes como
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