|
LA MUJER DEL APOCALIPSIS (Apoc. ii, 19-12, i8)
por ALBERTO COLUNGA, O. P.
SuMMARiUM.— Exponit auctor textum Apocalypseos ad normam principiorum generaliumi exegeseos et specialium generis apocalyptici, quod est huius libri S. Ioannis proprium. Et ostendit, iuœta hanc expositionem, mulierem, de qua in cap, XII Apocalypseos, esse nationem israeliticam, seu potius, Israelem Dei, ut ait Apostolus Paulus. Cum tamen a Patribus doceamur S. Scripturam legere ad lucem altiorum principiorum, primo ad lucem principii analogiae eam exponimus. Iam vero S. Paulus Adamum proponit typum Christi, et operi protoparentis opus opponit Salvatoris (Rom. 5, 12 ss.; 1 Cor. 15, 45 ssJ. Hanc expositionem Patres prosequuntur, iam a saeculo II, et Eyam proponunt typum Mariae eiusque opus in mysterio Incarnationis operi opponunt Eyae. Huic innisi principio plurima mysteria declarant de Deigenitrice ac de ejus in mysterio Incarnationis cooperatione. Eamdem viam prosequi etiam ìicet theologis, qui doctrinac mariologicae incumbunt.
El Apocalipsis hasido considerado siempre, junto con el Cantar de los Cantares, como el libro más misterioso de Ia Sagrada Escritura. El Cardenal Cayetano, que se había propuesto exponer todos los Libros Sagrados según su sentido literal, renunció a comentar estos dos, porque, a pesar de su agudo ingenio, no atinaba con el sentido literal, y no quería seguir el ejemplo de tantos que Ie habían precedido. Pero Ia exégesis moderna ha encentrado Ia clave para descifrar los misterios del Apocalipsis. Esta clave es Ia definición del género literario llamado apocalíptico en que está escrito. Se caracteriza este género por el predominio del elemento flgurado: metáforas, alegorías, símbolos de toda especie. Por fortuna no es único este libro entre los Libros Sagrados, que haya sido compuesto en este género literario. En el Antiguo Testamento tenemos el libro de Daniel, el de Joel y no pocas secciones de otros profetas como Isaías, Ezequiel y Zacarías. El mismo Nuevo Testamento nos ofrece el discurso apocalíptico del Señor, referido por los tres sinópticos. Pero debemos notar que el autor del Apocalipsis se inspira principalmente en el Antiguo Testamento. La mayor parte de sus imágenes están tomadas de los libros proféticos e históricos del Viejo Testamento. Algunas, tal vez, procedan del ambiente mismo, en que el autor vivía. Pero con todo esto el profeta —pues el Apocalipsis es una profecía— es un discípulo de Jesús, es el autor del cuarto
"Satoantlcensls", 1 (1954).
|