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Notas al texto castellano
(1) Hermano: nombre que los cristianos de Ia Iglesia primitiva se daban entre sí, tal como era Ia costumbre en Ia Iglesia Apostólica (Cf. Act 6, 3; 1 Cor 6, 6; etc,). Deogratias es Ia latinización de un nombre cartaginés, como tenemos otros muchos. Por ejemplo Adeodatus, hijo de San Agustín; Quoduultdeus, obispo de Cartago (437-453) y, en tiempos de San Agustín, diácono de esta ciudad. (2) De entre los siete diáconos de Cartago, uno de eUos tenía Ia misión específica de catequizar a los que se decidían a aceptar Ia fe (Cf. MoNACHiNO, V.: La cura pastorale a Milano, Cartagine e Roma nel seculo IV, Roma 1947, pp. 157-158). Deogracias era, por el año 400, el encargado de iniciar en el cristianismo a los paganos que querían hacerse cristianos. El será el destinatario de Ia Carta 102 de San Agustín, documento muy importante para conocer las dificultades intelectuales de un pagano, a Ia hora de aceptar Ia fe en Cristo (ed. GoLDBACHER, A., t. 2, p. 544ss.). Más tarde encontraremos que Deogracias pasa a formar parte del «Presbyterium», de San Agustín (Cf. Vita Sancti Aurelii Augustini hipponensis episcopi ex eius potissimum scriptis concinnata, 4, 12, 8; PL 32, 266). (3) La elegancia en el decir (suauitas sermonis) es una cualidad estilística muy apreciada por los escritores y oradores romanos. Esta elegancia nace, o bien de Ia armonía de las palabras, o bien de una cierta emoción que los oradores consiguen y que arrastra Ia simpatía del auditorio (Cf. Cic.; Partitiones Oraloriae 6, 21-22). Respecto a Ia uber facultas catechizandi, que hemos preferido traducir por «habilidad para catequizar», era muy apreciada por los romanos, en cuanto que suponía una gran riqueza de resortes y modos de hacer (Cf. ClC.; Brutus 11, 44; De oratore I, 11, 49; etc.). (4) Lo esencial de Ia fe es el contenido del kerigma (cf. p. 160). (5) Testimonio traduce aquí Ia palabra latina professionem, que es el valor exacto que esa palabra tenía en el latín cristiano (cf. BLAlSE, A.: Dict. latinfrançais des auteurs chrétiens, sub verbo Professio). En otros pasajes de este opúsculo insiste Agustín sobre este tema, cuando se refiere a las malas costumbres de los cristianos que apartan a los paganos de Ia Iglesia (cf. p. 75), dando argumentos a los donatistas (cf. p. 49). Los preceptos concretos, de los que aquí se hace mención, no se pueden identificar con el Decálogo. En su ejemplo práctico de kerigma, Agustín no hace más que una rápida alusión a los diez mandamientos (20, 35) y, en un texto catequético, muy apreciado, que dirige a los adultos, se muestra muy parco en torno a este tema (Enchiridion ad Laurentium 121). En los 650 Sermones que nos quedan del obispo de Hipona no aparecen más que dos dedicados al Decálogo (Sermones de Vetero Testamento 8 y 9; ed. LAMBOT, C.. C. C., pp. 79-151). Está fuera de duda que Ia polémica entablada con los maniqueos Ie hace ver los problemas en una nueva perspectiva: los preceptos de Ia Ley de Moisés son, a Ia vez, Ia expresión del amor de Dios para con nosotros y Ia respuesta del amor del hombre a Dios (cf. Contra Faustum 15, 8; PL 42, 311-312). Apoyados en estas reflexiones de Agustín, los catequistas de Ia época carolingia introdujeron el Decálogo en los programas de instrucción. (6) Además de Ia administración de Ia diócesis, que no se clausura con las cuestiones puramente eclesiásticas (cf. VAN DER MEER, F.: Saint Augustin, pasteur d'ames, t. 1, pp. 389^410), Agustín se preocupa mucho de Ia utilidad de su producción literaria (cf. p 27). (7) Acerca de Ia maternidad de Ia Iglesia y del valor del bautismo, como alumbramiento a Ia fe, cf. RlNALDi, P.: Sant'Agostino et l'Ecclesia Mater, en Aug. Mag., t. 2, pp. 826-829. (8) Comparación característica de quien ha nacido orador, además de ser un pensador de garra, es el explicar el disgusto acudiendo a Ia Ungüística (cf. p. 160) y a Ia memoria. Tomando pie en Ia doctrina de PLOTiNO, Agustín aparece muchas veces preocupado por el problema de Ia memoria, a causa de Ia estrecha relación que une a ésta con Ia temporalidad; «La mémoire a Ie pouvoir de transformer ce
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