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En defensa de las Lenguas Clásicas
1.—Nunca tal vez han sido tan persistentes ni tan duros los ataques contra las lenguas clasicas, en general, y más en particular contra el latín, como en los años que han seguido a Ia Segunda Guerra Mundial. Con un criterio demasiado positivista y un predominio desmedido de Ia técnica sobre las disciplinas del espíritu, se acusa en muchas partes una injusta y funesta desestima del latín y del griego, base insustituible de toda cultura sólida, amplia y, a largo plazo, intensamente fecunda. Afortunadamente tampoco han sido nunca ni mas en número ni de mayor calidad, que en nuestros días, los defensores de las lenguas clásicas. A Io largo de Ia revista «HELMANTiCA», han ido desfilando numerosos testimonios y voces amigas del latín y del griego '. Hoy queremos seguir incrementando Ia lista, recogiendo en estas páginas algunas de las apologías o defensas de los últimos meses a favor de las lenguas clásicas. Abundan naturalmente más los datos referentes al latín, porque de hecho contra él van especialmente dirigidos los más encarnizados
1. A. BACci, La lengua de Roma : su universalidad, en «HELMANTiCA», 10 (19&9> 9-23; J. CAMPos, Las Humanidades en las Escuelas Apostólicas, 1 (1956) 379-389; I. GoNZALEZ, Importancia y uso de Ia lengua latina en nuestros días, 6 (1955) 419^33; JiMENEZ DELGADO, El latín lengua, viva, 5 (1954) 275-281; El latín y los estudios eclesiásticos, 9 (1958) 3r-26; El latín disciplina clave, 10 (1959) 35-62; Juan XXIII y el latín, 10 (1959) 189-205; Carta del Card. Stritch sobre el latín, iO (1959) 351-354; Movimiento en favor del latín, 11 O960) 345-357; I. RoDRicuEz, Juan XXIII y Ia cultura griega, H (1960) 5-17; RocA MELiA, Cultura clásica e ideal cristiano, 10 (1959) 267-274.
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