|
L A CUESTION H O M E R I C A
Recojo aquí ideas expuestas en mi curso breve sobre Hornero en Ia Pontificia Universidad de Salamanca (noviembrediciembre de J953) y nuevamente las ofrezco a Ia inteligente atención y hasta discusión de mis oyentes de aquellos dias; y otras, que Ia brevedad de las lecciones no mepermiíió exponer entonces. Pero oqui también, a pesar de Ia extensión de este articulo, se traía solo de un esbozot y si ello incita a ahondar en el eterno problema homérico a alguno de mis posibles leyentes, cumplido queda mi intento al esbozarlo. Desisto por razones también de brevedad de dar una bibliografía de los más recientes trabajos de investigación homérica; pero aparte Ia que va apareciendo en las notas, que es Ia que ha estado a mi alcance, puede verse una síntesis en A. LESKY (que también cito en mi trabajo): Die Homerforschunn in der gegenwart (Wien 1952), que reproduce las recensiones del mismo autor en los tomos IV y V (1951-1955) del «Anzeigerfürdie Altertumswissenschaft*, de Viena.
L—Homero: su existencia Los modernos han afectado frecuentemente y, pudiéramos decir quetozudamente,no saber nada de Hornero, cuya existencia misma pareció un tiempo de buen tono negar* ü. ülotz, gran historiadory excelente conocedor de Ia antigüedad helénica, resume así Ia actitud de su época que es casi Ia de nuestros días: «De Hornero no sabemos nada, Hornero no es más que un nombre. Siete ciudades se disputaban Ia g!oria de haberle dado Ia luz. La mayor parte eran de dialecto jonio; pero sobre todas las listas figuraban Cima, Ia capital de Ia Eólida y luego Quíos y Esmirna, dos ciudades que fueron eolias antes de ser anexionadas a Jonia y una de ellas por Io menos veneraba a Homero como a un héroe (EsTRABÓN, XIV, I, 37, p, 64o). La fecha de su nacimiento flota entre
|