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COMENTARIOS
DiBc t. XXI, nn. 70-71 (1986) 241-257
NUEVAS CONSIDERACIONES SOBRE FE Y RACIONALIDAD
1. EL ARGUMENTO DE LA CIBCULARIDAD Y LOS LIMITES DE UN DIALOGO
Hace algún tiempo, Adolfo González Montes y yo mismo sostuvimos una discusión varias veces oral, posteriormente escrita e impresa en Diálogo Ecuménico 19 (1984) 203-60, acerca de las relaciones entre fe y racionalidad. La discusión discurrió sobre el problema de los límites que Ia mera existencia de Ia fe pone a las pretensiones de autonomía de Ia razón. Por un lado, Ia fe religiosa vendría a desenmascarar Ia relatividad, parcialidad y, aunque nunca apareció el término, Ia finitud de Ia razón; por otro lado, Ia racionalidad como programa moral y político, Ia ilustración, habría venido a exigir nuevas y duras condiciones en las relaciones del hombre con su entorno y con sus semejantes, pero al mismo tiempo, a mostrarle un cierto camino en su voluntad de poder y liberación. En aquellos trabajos no había ninguna conclusión definitiva, ni siquiera había conclusiones, pero sí algunos problemas interesantes que habíamos suscitado y que nos animaron a continuar Ia discusión. La respuesta de González Montes a mi previa crítica a algunos supuestos filosóficos de Ia teología contemporánea contenía un argumento que merece ser comentado dada su importancia en muchas discusiones, no ya entre creyentes y no creyentes, sino entre racionalistas y quienes niegan serlo. El argumento de mi interlocutor consistía, expuesto en sus rasgos más generales, en Ia acusación dirigida a las filosofías racionalistas de caer en un círculo vicioso cuando se enfrentan a fenómenos, actividades e instituciones que según ellas quedan excluidas del ámbito de Ia racionalidad. Dicha.« filosofías forzarían Ia exclusión mediante
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