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HISTORlA DB LA IGLESlA Y ECUMENISMO
pABRICIANO FERRERO, C. SS. R.
Valladolid - Roma
El problema surgió en las V Jornadas Nacionales de Estudios Ecuménicos (Salamanca, 18-21 de abril de 1968). En uno de los coloquios alguien preguntó: ¿cómo presentar con espíritu ecuménico en las clases de Historia de Ia Iglesia el tema de Ia Reforma?... Se ponderaron las dificultades de Ia cuestión pero nadie se atrevió a esbozar una respuesta. Es Io que ahora vamos a intentar, buscando los principios fundamentales para una solución teórica. Como en Ia convivencia diaria de las diversas confesiones, el problema de los hermanos separados en Ia historia de Ia Iglesia es, ante todo, cuestión historiológica y de mentalización. A esto se debe Ia orientación del presente estudio que, por otra parte, se presenta como una opinión meramente personal. Todo ello quedará más claro si desde el principio se tiene presente que por hermanos separados entendemos, normalmente, las grandes confesiones cristianas a que se refieren los documentos conciliares al hablar del diálogo ecuménico. De las sectas en que es difícil descubrir un valor religioso no es intención nuestra hablar aquí. I.—A PARTIR DE UNA EXPERIENCIA Para más de un lector puede carecer de importancia el tema que ahora nos planteamos. Supongo que los profesores de historia de Ia Iglesia pensarán de otra manera, sobre todo si, como quien esto escribe, han hecho sus estudios superiores de historia durante Ia celebración del Concilio Vaticano II y han tenido que dar sus clases en medios juveniles con preocupaciones ecuménicas. En este caso ciertamente que se habrán sentido impresionados por Ia evolución de las actitudes que se han ido dando ante el tema. Personalmente he de confesar que antes del Concilio mi orientación se basaba, fundamentalmente, en los últimos Congresos Internacionales de Historia, en los discursos de los Papas con este mismo motivo y en Ia filosofía y teología de Ia historia tal cual Ia presentaban los teólogos
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