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LOS ANOS DE APRENDIZAJE DE ZUBIRI
1. PRIMEROS ESTUDIOS El año 1898 estaba llamado a convertirse en una de las fechas más decisivas de Ia reciente historia de España, El ocaso del que fue inmenso Imperio colonial, después de cuatro siglos de iniciada aquella aventura que cambió Ia imagen del mundo, tocaba a su fin de un modo nada glorioso. La terrible conmoción que provocó esta pérdida significó un aldabonazo para Ia dormida conciencia nacional y produjo un viraje en Ia reflexión, que dará sus frutos en Ia espléndida generación de escritores y pensadores, cuyo nombre irá unido en el futuro a esa fecha emblemática. En los últimos días de ese año fatídico veía Ia luz en San Sebastián (Donostia) quien, andando el tiempo, se convertiría en una de las máximas figuras de Ia filosofía en España. La habitual precisión y concisión de los curas párrocos españoles hace que en estos casos sea suficiente transcribir el registro de bautismo. Así reza en los datos que nos importan, el de Zubiri: «En Ia ciudad de San Sebastián, provincia de Guipúzcoa, Obispado de Vitoria, á cinco de Diciembre de mil ochocientos noventa y ocho, yo el infraescrito Presbítero, Cura propio de Ia Iglesia parroquial de Santa María Ia Matriz, bauticé solemnemente á un niño á quien puse por nombre José Francisco Javier. Es hijo legítimo de Dn. Miguel Zubiri, natural de Valcarlos, provincia de Navarra, comerciante y de Dña. Pilar Apalátegui, natural de esta y vecina de Ia misma, mis feligreses. Nació según declaración del padre, a las tres de Ia mañana de ayer, en Ia calle de Hernani, n° 1, piso 3°, derecha. Son sus abuelos paternos Dn. José, natural de Bicarret, y Dña. Andresa Gortari, natural de Artieda, provincia de Navarra; y los maternos Dn. Faustino, natural de Lazcano, y Dña. Escolástica Igarzábal, natural de esta. Fueron padrinos el abuelo paterno representado por el materno y Ia abuela materna á quienes advertí el parentesco espiritual y obligaciones que eI primero y Ia última contrajeron. Fueron testigos Dn. Fernando Salaverría y Dn. Manuel
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