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DESCARTES: LA RAZON UNICA GUIA DEL HOMBRE
«Los ideas hijas llevan en el vientre a sus madres» (Ortega y Gasset)
INTRODUCCIÓN
Pretendo en una exposición selectiva destacar Ia aportación de Descartes, tantas veces reconocida como iniciadora de Ia edad moderna, a través de Ia consideración del concepto de razón y de las innovaciones que del mismo resultan para el conjunto del lenguaje filosófico. Que encabece Ia pretensión con Ia transcrita afirmación orteguiana puede orientar, en alguna medida al menos, acerca de Ia clase de relación que entiendo pueda existir entre ese pensamiento y el que Ia antecede históricamente. Espero que, sin hacer mención frecuente del tema, sirva además para encontrar las razones del contraste con una actividad especulativa hispánica que se pliega sobre sí misma, incluso cuando vislumbra las mismas luces que alumbran Ia edad moderna.
1. RACIONALISMO
Decir que Descartes instaura el racionalismo es tan poco aclaratorio que, paradójicamente, resulta ser Io más significativo. En Ia monstruosa ambigüedad del término i se encierra Ia verdad de una reforma tan profunda que contiene todos los elementos de una «inversión» 2.
1 La monstruosidad se aplica aqul en razón de familiaridad con otros -tipos». Véase, con respecto al «sofista-, Platón: Apol. 19-29-, Menón, 76a; Protágoras, 317b328b; Corgias, 482c; Teet. 151b-152a-, Sof. 231d, etc. 2 Este es el término más apreciado de J. L. Marión, avanzando en tres frentes sucesivos hasta dominar todo el ámbito de los problemas filosóficos: Ia epistemología, Ia metafísica y Ia teología. (Cf. Sur L'Ontok>gie Grise [Paris 1975]; Sur Ia Théologie Blanche [Paris 198l]). El planteamiento se inspira en Ia interpretación de Alquié (La découverte métaphysique de l'homme chez Descartes, 2* ed. [Paris 1966]) y prolonga en Ia metafísica los temas fundamentales ya estudiados por H. Gouhier (La pensée Métaphysique de Descartes, 2* ed, [Paris 1969] pp. 221-32). La inversión teológica Ia condensa G. Bueno en «un hablar desde Dios en lugar de un hablar de Dios» (En Peña, V., Descartes, Meditaciones [Madrid 1977] p. XL), expresión tan esquemática que vela aspectos sustanciales de Io que pretende decir. Sobre Ia interpretación de Marión es necesario conocer el examen de G. Seb-
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