|
ESTUDIOS
PARA UNA EVALUACIÓN HISTÓRICA DE FRANCISCO SUAREZ FILOSOFO
PBOPOsrro. No es naturaJmente traer a Suárez a nuestro tribunal, no Ie vamos a juzgar ni a someter a cánones de valoración nuestros a cuatro siglos de distancia. Su figura, con su fuerza y su luz están ahí en Ia historia, inconmovible y desafiando a cualquier interpelación crítica. Otra cosa es Io que nosotros veamos de ella desde nosotros mismos, desde nuestra situación en tantos aspectos tan distinta y tan distante, pero aún sensible a Io que Suárez fue y a Io que aún significa. Nuestra evaluación, y subrayo nuestra y, si queréis, mía, es Io que ahora me va a ocupar, algo así como reflejar Ia impresión que deja su obra filosófica tomada en su conjunto y mirada desde aquí, desde nosotros. Con ello, delimito el tema, descartando en primer lugar un acercarme a Suárez desde un suarismo de escuela que pretendiera ofrecer valores o herencias domésticas. Tampoco querría mirar a Suárez filósofo con propósitos comparativos confrontándole con otras posiciones filosóficas, ni antiguas, dentro o fuera de Ia escuela, ni modernas o simplemente extraescolásticas. Mucho más modestamente querría mirar a Suárez con ojos de historiador que registra el hecho histórico de su pensamiento colocado en un momento crítico de Ia evolución de Ia filosofía. Un momento que tiene su grandeza, el de Ia Uamada Escolástica renaciente, incrustada en el Siglo de Oro español, a punto de comenzar el gran despuegue de las nuevas filosofías europeas salidas del Renacimiento. Me importa, pues, tan sólo señalar algunos rasgos salientes que, a mi juicio, sirven para recortar Ia imagen de Suárez en eI entorno filosofico,^scolastico en que se mueve y proyectarla hacia nosotros con posibles resonancias y disonancias, a las que valdría Ia pena dar una nueva actualidad.
1. FlLOSOFO POB TEOLOGO.
Es Io primero que habrá que destacar. Cuando tenemos ia impresión de estar en el fin o en fases muy avanzadas del proceso de deslinde de autonomías, filosofía y teología, filosofía y ciencia, nos ha de resultar importante que Suárez represente en esto una forma medieval cien por cien cuando proclama en su Dedicatoria al lector, que «nuestra filosofía ha de ser cristiana». «Ita vero in hoc opere philosophum ago
|