|
En las sociedades avanzadas en las que vivimos, los valores y actitudes pro-ambienta-lesforman parte de la vida cotidiana de grandes capas de la población,traduciéndose gene-ralmenteen hábitos y comportamientos con efectos ambientales positivos. Así ocurre con la moderación en el consumo de determinados productos como la electricidad o los combusti-bles fósiles, el reciclaje y reutilización de materiales y productos como ropa, comida, mue-bles, etc.Tales comportamientos son pro-ambientalesen la medida que se traducen en un uso más racional y eficiente de los recursos naturales de los que dependemos y nos abaste-cemos.Estos comportamientos, no obstante, y a pesar de ser mayoritarios, no están presentes de forma homogénea en todos los grupos sociales. Su presencia depende de diversos factores contextuales, sean de tipo sociodemográfico, sean ideológicos, lo que complica enorme-mente la elaboración de un modelo que explique en su totalidad por qué ocurren y, conse-cuentemente en lo que a la aplicabilidad del conocimiento se refiere, cuándo son esperables.A nuestro juicio, una buena parte de estos comportamientos pueden ser explicados por las condiciones materialesde socialización en las que se desenvuelve la vida de los indivi-duos durante su infancia y adolescencia. Si estas condiciones son de escasez, es más probable encontrar entre su repertorio de prácticas cotidianas comportamientos como la moderación en el consumo, o el reciclaje y la reutilización de productos y objetos, en un intento de ma-ximizar los recursos a los que puede acceder y con los que cuenta. Esta situación describe bien las condiciones de existencia de gran parte de los miem-bros de las generaciones de españoles que crecieron en las décadas de los años 30 y 40 del pasado siglo y que hoy, habiendo mejorado notablemente sus condiciones de vida, mantie-nen vivas esas prácticas de ahorro, reutilización y reciclaje. Es decir, estas generaciones ha-bríanmanifestado un comportamiento eco-sostenible sin ser conscientes de ello,y sin cono-cer ni atisbar siquiera los planteamientos ideológicos y prácticos de la sostenibilidad que empezaron a difundirse en la década de los ‘80.
|