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CONGRESOS Y JORNADAS Salmanticensis 63 (2016) 129-134
Crónica de las XLVII Jornadas de Teología sobre “La interpretación de la Biblia” (Salamanca 22-23 de Octubre de 2015) Las Jornadas de Teología que organiza nuestra facultad tienen una larga trayectoria. Después de haberse celebrado durante años en diversas diócesis españolas, el año 2014 regresaron a Salamanca con la vocación de convertirse en foro de encuentro y discusión, no solo para los profesores y alumnos de la Facultad de Teología, sino también de quienes enseñan y se forman en sus centros afiliados y de quienes se interesan por la reflexión teológica. De hecho, en estos dos últimos años, las jornadas han contado con una nutrida participación de profesores y alumnos de teología procedentes de diversos centros teológicos. El tema de las jornadas de este año fue La interpretación de la Biblia. Detrás de la elección de este tema había una motivación objetiva: conmemorar los cincuenta años de la promulgación de la constitución dogmática Dei Verbum, que se cumplían por aquellas fechas. Como es bien sabido, la constitución Dei Verbum ha impulsado de manera decisiva el conocimiento, la valoración y el estudio de la Sagrada Escritura en la historia reciente de la Iglesia. Por ello, no queríamos que pasara esta fecha sin detenernos a reflexionar sobre el impacto y la vigencia de este documento. Nuestras jornadas pretendían levantar acta de este hecho histórico y retomar aquel impulso del concilio. En la recepción eclesial de este documento conciliar, el ojo del huracán –si se puede hablar así– se ha situado en el debate que ha suscitado el número 12. Este número aborda un tema crucial, pues se pregunta “cómo hay que interpretar la Sagrada Escritura”. Con un estilo sencillo, pero profundo, en él se tratan no solo las cuestiones relacionadas con la exégesis, sino también la relación de esta con la hermenéutica de la fe, que es el marco en el que la Iglesia y la teología leen los textos bíblicos. En el caso de la Biblia, la interpretación es una consecuencia necesaria de su propia naturaleza. A la naturaleza de la Biblia pertenece, en efecto, el hecho de ser un canon, es decir, un cuerpo literario que fue definido hace muchos siglos y quedó, desde entonces, cerrado. Puede decirse, entonces, que, desde un punto de vista histórico y literario, la Biblia pertenece al pasado. Pero, al mismo tiempo, hay que decir que el proceso canónico tiene su origen en
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