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RECENSIONES
Salmanticensis 54 (2007) 181-196
1) SAGRADA ESCRITURA
Giuseppe Segalla, Teologia del Nuovo Testamento (Torino: ElleDiCi 2005) 616 pp.
Con la publicación de este volumen, la segunda parte del tomo octavo, se culmina el programa editorial de la colección LOGOS. Un ambicioso proyecto que se inició con Il Messaggio della Salvezza, como colección de manuales. El profesor Segalla publicaba entonces Introduzione alla teologia biblica del Nuovo Testamento (Milano 1980 y 1981) y el Panorama teologico del Nuovo Testamento (Brescia 1987). Desde entonces su investigación y estudio ha proseguido con una profundización homogénea, de la cual es fruto el presente libro.Como señala Ghiberti en la Presentación, el mismo autor explica las tres líneas o principios de la teología bíblica de su trabajo. 1) El principio eurístico que muestra la unidad del Antiguo y del Nuevo Testamento. Se estudia la memoria histórica y fenomenológica de Jesús, estrechamente entrelazada con la memoria del Dios de Israel a todos lo niveles. Por eso es teología bíblica (cfr. p. 5). En el origen unitario que es el evento histórico y su memoria histórico-teológica, ya se ve una tensión entre la memoria del Jesús histórico y la memoria del kerigma cristológico postpascual, que la interpreta a la luz de la resurrección y de la Escritura. Resulta así un evento cristológico soteriológico unitario, pero en la diversidad de tiempos y de modos. Las dos memorias se entrecruzan entre ellas, por lo que la memoria del Jesús histórico es iluminada por el kerigma y la memoria kerigmática intérprete del evento de Jesucristo, y a su vez radicada en la persona histórica de Jesús muerto y resucitado (cfr. p. 594). 2) El principio teorético sostiene que la Biblia ha de considerarse en su totalidad: historia, literatura y canon (cfr. p. 6). En la múltiple configuración literaria de la memoria de Jesús, aparece como fenomenológico y en primer plano la diversidad entre los cuatro evangelios, la literatura paulina y la joánica, y con una diferencia, aún más fragmentaria, entre las epístolas católicas y el Apocalipsis. No obstante, esta variada multiplicidad aparece siempre
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