SUMMA. Repositorio Institucional

1. Introducción 1. El testimonio de la Escritura es de una importancia decisiva cuando nos esforzamos por explorar juntos la apostolicidad de la Iglesia tal como fue expresada en su fundación apostólica y en su mensaje apostólico. La Iglesia adoptó las Sagradas Escrituras del pueblo judío y estableció el canon del Nuevo Testamento como un testimonio normativo del evangelio apostólico, esto es, la primera y auténtica proclamación de la revelación de Dios en Jesucristo que fue enviado a “anunciar la Buena nueva” (Rm 10,14-15). Bajo la guía del Espíritu Santo, los cristianos individuales y la Iglesia han leído las Escrituras una y otra vez para obtener indicios y guía de cómo seguir llevando a cabo la encomienda divina de proclamar de nuevo el evangelio en cada lugar y en cada época. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha aspirado así a honrar su fundación apostólica y a permanecer fiel a ella. Siempre ha sido esencial la convicción de que el Espíritu Santo guiará y mantendrá a la Iglesia en la verdad y de que el contenido de la fe, iluminado por el Espíritu Santo, dentro de la comunidad confesante de creyentes, era anterior y esencial a cualquier otra forma externa. Los modos en los que ser cristiano ha sido practicado y en los que el ministerio de la reconciliación ha sido llevado a cabo tienen que corresponder siempre con el evangelio. 2. La interpretación de la Escritura ha identificado y pagado tributo a la rica variedad de voces y formas encontradas en el interior del Nuevo Testamento al hablar del discipulado como seguimiento de Jesús, y de los apóstoles y el evangelio que se les había encomendado proclamar, mientras 251

x

/ / : :