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Diálogo Ecuménico t. XL, n. 126 (2005) 235-259
RECENSIONES
RALPH M. WILTGEN, S.V.D., El Rhin desemboca en el Tíber. Historia del Concilio Vaticano II, Criterio Libros (Madrid 1999) 342pp. ISBN:84-923838-9-5 El libro que presentamos se publicó inmediatamente después de la celebración del Concilio Vaticano II y en su momento fue todo un “bestseller”. Traducido a varias lenguas, hace unos años apareció en español. Posee la frescura de una obra escrita por alguien que vivió los acontecimientos muy de cerca. Pudo ser así porque el padre Wiltgen, sacerdote misionero del Verbo Divino, se encargó durante los años que duró el Concilio Vaticano II de dirigir la agencia de prensa de su Congregación “Divine Word News Service” que difundió noticias en seis idiomas a más de 108 países. Además, él mismo organizaba ruedas de prensa a las que se invitaba a las principales personalidades del Concilio. Todo ello le convierte en un magnífico y cualificado narrador de los acontecimientos que durante aquellos años (1962-1965) polarizaron la vida de la Iglesia y la atención de todo el mundo. El título del libro El Rin desemboca en el Tíber expresa alegóricamente la tesis del autor según la cual los representantes de los países bañados por el Rhin (Alemania, Austria, Suiza, Holanda y Francia) y de la vecina Bélgica -sus cardenales, obispo y teólogos-, ejercieron una influencia predominante sobre el Concilio Vaticano II. A lo largo de la obra el P. Wiltgen nos muestra como esa alianza, a la que el autor llama “alianza europea”, tuvo una gran importancia en el desarrollo del Concilio y en la redacción de los diversos documentos; y como otros grupos intentaron contrarrestar ese influjo. El libro se estructura en cuatro partes cada una de las cuales responde a una de las sesiones del Concilio Vaticano II. El capítulo dedicado a la primera sesión (pp.17-71) se abre con la descripción de la solemne procesión de los 2.400 padres conciliares, el rezo solemne del “Veni, Creator Spiritus”, la celebración de la Eucaristía y la entronización de los santos Evangelios. Posteriormente tuvo lugar la alo-
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