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EN TORNO A «LOS ORIGENES DE JESUS»
Con el título de Los orígenes de Jesús CSígueme, Salamanca 1976) he publicado una extensa obra de investigación teológica que ha merecido los honores de ocupar Ia atención de un círculo relativamente extenso de personas. La crítica ha sido en general bastante laudatoria —cf. J. M. Alonso, Eph. Mar. 27 (1977) 264-77; L. Turrado, Salmanticensis 24 (1977) 171-74; A. Salas, Biblia y fe 3 (1977) 102-5; F. O. de Urtaran, Lumen 27 (1977) 89-90; S. Pie Ninot, Amigos del Catecismo (marzo 1977); G. G. Dorado, Pentecostés 15 (1977) 136-37; S. Sabugal, Rev. Agus. de Espiritualidad 18 (1977) 167; V. Casas, Verdad y vida 35 (1977) 279—. Han surgido también voces inquietas. Son ya varias las personas que amistosamente me han mostrado su sorpresa: sospechan que ciertas de mis afirmaciones pudieran desviarse de Ia recta doctrina de Ia iglesia. Algunas de las recensiones arriba indicadas ofrecen también sus reparos. Para aclarar mi posición y responder a los amigos, he pensado condensar de una manera esquemática los presupuestos y sentidos de mi obra. Quizá se me ha entendido mal y considero deber de cortesía precisar las propias expresiones. Es Io que haré tratando: a) de Ia metodología; b) temática a debate; c) conclusiones generales.
A) PRESUPUESTOS METODOLÓGICOS 1) En el plano científico. Utilizo Ia metodología ordinaria en estos casos: análisis histórico-literario, crítica formal, búsqueda de los centros de interés redaccional. Con estos medios me sitúo ante el conjunto de los textos que en Ia Biblia (NT) abordan de manera directa o indirecta el tema del origen de Jesús. Mi primer objeto ha sido el de trazar los grandes campos de fuerza de ese tema: historia, pascua, origen; títulos cristológicos, representaciones, teologías. En cada línea intento precisar las componentes que Ia integran, utilizando alternativamente una perspectiva analítica y sintética. Como es obvio, dentro de ese campo sólo cuenta el criterio del rigor y exactitud científica. La Escritura es libro de los hombres y se debe estudiar con Ia exigencia que empleamos al tratar de los restantes libros de Ia historia y de las letras de Ia tierra. No caben excepciones. Todo es
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