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RECENSIONES
completas del Maestro Juan de Avila. A causa de su mueri:e ha sido el Prof. F. Martín Hernández quien ha continuado y culminado su trabajo. Fruto de ese esfuerzo son los seis volúmenes editados (B.A.C. niims. 302, 303, 304, 313, 315 y 324). El volumen que presentamos es el cuarto y está dedicado a los "Comentarios bíblicos". En una breve y densa introducción el Sr. F. Martín H. muesira el carácter bíblico de Ia educación y de Ia obra del M. Avila. Estamos un Ia primera mitad del siglo XVI. El humanismo influye en Ia formación de lDs sacerdotes. Se vuelve hacia Ia Biblia. Sin Ia urgencia de una "Contrarrefo-ma" que llenará lps afanes de Ia segunda mitad del siglo, nuestro catolicismo hubiera sido distinto. Los comentarios bíblicos del Maestro Avila son dos. El pririero trata de Ia Epístola a los Gálatas y es de carácter más culto, con abundancia de citas latinas, con precisiones textuales y discusión sobre las opiniones de los Padres de Ia Iglesia o de los mismos autores de su tiempo, como Erasrtio y Lefebvre d'Etaples. El segundo está dedicado a Ia Primera de S. Juan; su carácter es más popular, más espiritual, aunque a veces sea mucho más f'.el al espíritu del autor que el comentario más erudito de Gálatas. Sobre los diversos manuscritos, sobre las vanantes y sentido de Ia doble recensión del comentario de S. Juan nos informa de manera precisa Ia introducción {pp. 16 ss.). Los editores han tenido el acierto de presentar las dos redaccioneí de Ia obra. No tenemos que decir que nos alegra esta edición por los valores positivos de Ia obra, por su fondo literario y por el mismo esfuerzo crítico que implica. Todo ello nos agrada. Pero en esta recensión no queremos maitenernos en el plano de Ia pura historia erudita. Preguntamos: ¿Qué juicio nos merece hoy una obra como Ia del Santo Maestro Avila? Ciertamente, el Maestro Avila ha "escuchado Ia Escritura"; es más, ha puesto Ia vida cristiana, todo el ser de Ia Iglesia, bajo el juicio de Ia Biblia. Por todo ello es valioso Io que dice, es profundamente cristiano, ;>in embargo, ha corrido el riesgo de tratar Ia Escritura como un tipo de "verdad general", de verdad humana. Se echa algo de menos el "escándalo de Jesús" que nos independiza del mundo, que nos interpela y que nos salva. En otras palabras, el Maestro Avila no acentúa el hecho de que Ia fe "supera el mundo", es pura gracia. Por eso, su comentario es más moralizante que teslógico, más acomodación que un auténtico llegar al fondo de Ia Palabra (Cristo). A veces da Ia impresión de que se difumina Ia exigencia peculiar de Pablo o Juan bajo una especie de verdad general que nivela no sólo los dos testamentos, sino también "Io cristiano y Io humano". Esto no quiere decir que el Maestro Avila no sea un autenti:o cristiano. ¡Nada de eso! El ámbito en que vive es un "ámbito de cristiandad", un cristianismo que llena Ia existencia, que Io inunda todo. Por eso puede comprender Ia Escritura desde su mismo "punto de partida", de ura forma no sólo natural, sino también profunda. Nuestro punto de partida es muy distinto. Sólo comprendiéndoo podremos leer con provecho estos comentarios que tan exquisitamente editcdos ofrecen el Sr. F. Martín Hernández y Ia colección B.A.C. J. Pikaza
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Moral y Derecho
P. Ricoeur, Finitud y culpabilidad (Madrid, Ed. Taurus, 1969) 718 pp. Como afirma J. L. Aranguren en el prólogo a Ia edición española, "Ia figura de Paul Ricoeur es una de las más eminentes y rigurosas de Ia actual filosofía francesa". El presente estudio forma Ia segunda parte d; una FiIosofia de Ui voluntad, iniciada con el libro sobre "El voluntario y el involuntario". Al hablar de Ia voluntad Ricoeur puso en paréntesis el tema y Ia
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