|
ALGUNAS OBSERVACIONES SOBRE UNA RECIENTE DEFENSA DEL PROBABILISMO
por ANTONIO PEINADOR, C. M. F.
No diremos nada nuevo, ni que pueda extrañar a nadie de cuantos están al tanto de Ia producción teológica moral de nuestros días, si afirmamos que las Praelectiones Theologico-Morales Comillenses del P. RoDRiGO, son algo que se sale del marco en que tenemos que encuadrar casi todo Io que, desde SAN ALFONSO para acá, se nos viene ofreciendo en forma de Manuales, de Monografías o de Obras mayores. Ya hemos tenido ocasión de reconocerlo, antes de ahora, al aparecer los dos primeros volúmenes. Tenemos a Ia vista el tercero en orden de publicación, que hace el íorao IV de Ia serie I, segunda parte del tratado de Za conciencia moral. Casi da miedo enfrascarse en el fondo de las múltiples cuestiones que se barajan en este tomo. Y esto ya nos puede dar una idea de Io serio y grandioso del trabajo llevado a cabo por el ilustre Moralista. Para quienes conocen los escritos anteriores del P. RoDRico no es necesario presentar este último libro suyo, del que se han de repetir las mismas alabanzas, por los mismos méritos, que de los precedentes, con los mismos reparos por las mismas pequeñas deficiencias, que no Io serán quizás, pero que a nosotros honradamente nos Io han parecido. No intentamos, de consiguiente, hacer Ia recomendación o presentación de este tomo a que nos referimos. Urge, sin embargo, que nos demos por enterados de las no pocas alusiones, que en el libro encontramos, a nuestro humilde modo de pensar sobre puntos relacionados con el Probabilismo moral. Y de verdad, que agradecemos al insigne Maestro que nos haya tenido en cuenta y nos haya ofrecido tan generosamente Ia ocasión de volver sobre este tema. No podemos ser largos y no queremos ser obscuros. Por eso quizás sea Io más adecuado, en conformidad con el título que hemos puesto al frente de esta nota, reducirnos a unas cuantas observaciones, que creemos fundamentales, sobre Ia cuestión general del Probabilismo, tomando pie de algunas de esas alusiones que decíamos, sin olvidar algo, poco importan«Salmanticensis», 5 (1958).
|