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LOSVATICINIOS PROFÉTICOS DE LA PASIÓN Y LOS SENTIDOS DE LA S. ESCRITURA
por A. COLUNGA, O. P,
Entre todos los mlsterios que Dios se dignó comunicar a los hombres por medio de sus Profetas, ocupa un lugar singularísimo el misterio de Ia Pasión de su Hijo. Los oráculos del reinado glorioso del hijo de David entraban muy bien en Ia mente del pueblo hebreo, pero Ia muerte infamante en Ia cruz del Mesías era para los judíos un escándalo, con el que se sentían en sumo grado deshonrados. Además reflexionemos Io que significan aquellas palabras de San Pablo: «Si Ie hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Rey de gloria» (I Cor. 2,8). Hablamos con frecuencia del pecado de deicidio cometido por los judíos en Ia persona del Señor, y Santo Tomás, al tratar de este pecado, tiene que hacer muchos distingos y flnos análisis psicológicos para salvar las palabras del Apóstol. Todo esto conviene que Io tengamos presente al observar el tema de los vaticinios sobre Ia Pasión. Los evangelistas insisten en Ia dureza de los discípulos para entender las tristes predicciones de su Maestro. Eco de esta dureza Ia hallamos en S. Lucas (24, 13) al narrar el encuentro de Jesús resucitado con los dos discípulos, que se dirigían a Emaús: «¡Oh hombres sin inteligencia y tardos de corazón para creer todo Io que vaticinaron los Profetas! ¿No era preciso que el Mesías padeciese esto y entrase en su gloria? Y luego, comenzando desde Moisés y siguiendo por todos los Profetas, les fué declarando cuanto a El se refería en todas las Escrituras». Y mientras les explicaba los textos, les infundía Ia luz de Ia inteligencia, de suerte que les forzó a decir después: «¿No ardían nuestros corazones dentro de nosotros mientras en el camino nos hablaba y nos declaraba las Escrituras?» (Lc. 24, 15 ss.). Esa inteligencia es Ia misma de que nos habla el mismo San Lucas poco más adelante, refiriendo Ia aparición del Señor a los once, cuando les mostró las señales de las heridas en los pies y manos y les dijo: «Esto es Io que Yo os decía estando aún con vosotros: que era preciso que se cumpliera todo Io que está escrito en Ia Ley de Moisés, y en los Profetas, y en los Salmos de Mi. Entonces les abrió Ia inteUgencia para que entendiesen las Escrituras y les dijo: Que así estaba escrito,
"Salmanticenste", 4 (1957).
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