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IN MEMORIAM
REV. ANDRÉS ROBERT, P. S. S.
por ALBERTO COLUNGA, O. P.
Cuando el pasado año 1954 se propuso Ia Universidad de Salamanca celebrar el séptimo centenario de su fundación y para ello Ia Universidad Eclesiástica organizó, entre otras cosas, una semana internacional de estudios bíblicos, uno de los que correspondieron con mejor voluntad a Ia indicación de Ia Universidad fué el sacerdote Andrés Robert, miembro de Ia Sociedad de S.Sulpicio y profesor del L·istituto Católico de París. Al presentarse en Salamanca todos quedaron gratamente sorprendidos por Ia gravedad en su porte sacerdotal y por su conversación amable. Según él declaró en Ia intimidad, venía a Salamanca con cierto recelo por el temor de encontrarse en medio de una tropa de inquisidores; pero luego se tranquilizó al hacerse cargo del espíritu científico que reinaba en los claustros de Ia Universidad salmantina. En su intervención científica desarrolló el tema del género literario del Pentateuco, tema, a Ia verdad, delicado, pero que el conferenciante supo tratar con grande competencia, y con no menor tino. Esperamos que dentro de poco nuestros lectores podrán leer su conferencia en el volumen de Ia Semana Bíblica y por esto nos abstenemos de emitir sobre él juicio alguno. Con grande sentimiento recibimos hace algunas semanas Ia tarjeta de defunción del venerable sacerdote y docto profesor, acontecida en el pasado mes de mayo, cuando estaba para jubilarse de Ia enseñanza. Estas circunstancias nos mueven a presentar a los lectores de «Salmanticensis» una semblanza exegética del abate A. Robert. No ha de ser un trabajo completo, porque para ella necesitaríamos tener a Ia mano todas las publicaciones de su larga vida profesional; sino un punto de capital importancia y más en el momento exegético presente. Cuanto podemos juzgar por los escritos que de él conocemos, Ia materia de su especialidad fueron los libros históricos del Antiguo Testamento. De su competencia científica y de su juicio equilibrado en tantos problemas espinosos por Io controvertidos, señalaremos a nuestros lectores dos hechos. Y es el primer ser nuestro abate A. Robert, con su colega el abate Tricot, el director de Ia Initiation Biblique, obra en que una mul"SabnanUcensls", 2 (1955).
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