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RELIGIOsAS DOCENT ES, HOSPITALARIAS
Y MIS1ONER NS A FINEs DE LA EDAD MEDIA
HENRI LEMAiTRE, al estudiar y dar a conocer en 1911 y en 1924 la organización y difusión de las Hermanas Grises Hospitalarias de la Orden Te: cera Franciscana, citaba los textos siguientes: "Hasta San Vicente de Paill y desde muchos siglos atrás, la joven que queria consagrarse a Dies BAUNARD , se recluia en un monasterio cerrado con rejas, o, al menos, entraba en una casa de la que ya no podia salir, y luego, llegada la hora, se ataba con unos votos perpetuos que la separaban del mundo pata siempre y que el Estado reconocía para prestarles su protección en el fuero externo. Tal era entonces el tipo ideal de la vida religiosa Mas, ;como conciliar esta vida de clausura con el servicio exterior a los pobres? Y, con todo, via creó o no quiso crear San Vicente una Compañia de la -Caridad precisamente para los pobres y aun para los pobres de fuera?" (I) "'i odas estas religiosas—declara por su parte BOUGAUD-vivian ocultas, lejos dei mundo, tras re jas impenetrables, ocupadas en rezar y en hacer oración. Ninguna de ellas salia para visitar a los pobres a domicilio, para cuidar a los enfermos, asistir a los moribundos, y unir, en fin, la vida fecunda de oración a la vida también fecunda y entonces tan necesaria de la caridad.. Era una laguna que quena llenar San Francisco de Sales" (2). En forma parecida se expresan también, por Io general, los investigadores que estudian la participación de la mujer en la actividad misionera. No faltan quienes, poniendo de relieve la dificultad de los grandes viajes maritimos en aquellos tiempos y los decretos que en algunas partes prohibian la navegación de las mujeres, concluyen que "ninguna religiosa aparece en aquelos tiempos junto al misionero. ni en la India, Malaca o Macao. ni en el Japón, Congo o Abisinia" El padre PIFRRE CHARLES, con más moderación y prudencia, escribe: "Nous voyons les villes du Perou ou du Mexique possedant leurs couvents de religieuses toutes cloîtrées, sans aucun contact avec le paganisme ambiant, sans même une école, et, a plus forte
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BAUNARD: Histoire de la Venerable Louise de Marillac et oc la fondation des Piles de la (1) Charité (Paris, 1898), 468-469. (2) BOUGAUD: Histoire de sainte Chantal et des origenes de la Visitation (Paris, 190t), 440. LION LALLEMAND se expresa en forma parecida en su Histoire de la Chlrité (Paris, 1909), 1:14.
44-47, y IV. 44.
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