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¿TIENE LA ACCION CATOLlCA PERSONALIDAD MORAL ECLESIÁSTICA?
S U M A R I O
I. DOCTRINA GENERAL SOBRB LAS PERSONAS MORALES ECLESIÁSTICAS: i. NecB-
sidad.—2. Terminologia.—3. Definición.—4. Análisis de cada una, de ¿os cuatro causas.—5. División de tos personas morales.—II. APLICACIÓN DE ESTA DOCTRiNA A LA AcdóN CATÓLicA : 6. La Acción Católica no es persona moral "ex o.rdinatione divina".—7. La Acción Católica no es persona moral "a jure".—8. De ser persona moral Ia Acción Católica, tiene que serlo "ab homine".—9. ¿Existe, el decreto formal de ereccióni—10. ¿Qué características corresponden a ía Acción Católica como persona morali^11. ¿Puede Ui Acción Católica poseer y administrar bienes temporales?
Existiendo dos órdenes profundamente distintos de sociedades, Ia natural o civil y Ia sobrenatural o eclesiástica, es claro que las instituciones humanas pueden ser estudiadas en cualquiera de esos dos planos. Cabría, pues, un trabajo que tuviera por finalidad investigar Ia posición jurídica de Ia Acción Católica como corporación ante Ia sociedad civil ; este estudio llevaría inmediatamente al problema de su personalidad estatal. No es éste, sin embargo, nuestro propósito. Intentamos, por el contrario, contemplar Ia Acción Católica como asociación religiosa eclesiástica y estudiar su carácter jurídico en fa Igksia. Como Ia adquisición de personalidad moral está sujeta a principios parcialmente distintos en uno y otro ámbito, de ahí que hayamos de fijarnos tan sólo en las condiciones que Ia Iglesia exige para Ia consecución de personalidad moral eclesiástica. Si Ia conclusión fuera afirmativa, no podríamos por eso extenderla necesariamente al campo civil ; y si fuera negativa, tampoco podríamos hacerla valedera en los dominios de te sociedad temporal. Puede muy bien ocurrir que una corporación sea persona moral ante Ia Iglesia y no ante el Estado ; y viceversa : que tenga personalidad civil y carezca de Ia análoga cualidad eclesiástica; cabe también Ia exclusión de personalidad en ambos órdenes, tanto como Ia existencia en los dos. Para mejor lograr nuestro propósito, juzgamos oportuno hacer un estudio previo, Io más breve que nos sea posible, de Ia persona moral ecle— 289 —
DERUCHO CANONICO.—VOL. VIl.'—NUM. 19 19
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