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ARA Y ANTIMENSION
En torno al Decreto Je Ia SagraJa Congregación Je Ritos Je 12 Je marzo Je 1947
I
El primer aitar cristiano fué Ia mesa de Ia Cena, y Ia Cruz del Calvario, €l segundo. En aquélla se ofreció el Cordero que sería inmolado, y en ésta, El mismo, inmolándose. Y iasí quedo instituída de mano del Salvador Ia Eucaristía, como sacrificio y como sacramento. Mas como acto litùrgico es una urdimbre integrada de textos sublimes, de símbolos expresivos, de cosas y acciones significativas, componentes todos aportados en el correr de Ia Historia. Hay, no obstante, partes que se remontan al mismo Cristo. Son elementos que aparecen ya en el relato evangélico de Ia institución. TaI es Ia mesa sacrificai. Es común opinión que Ia mes'a en que celebró Jesucristo fué de madera. Por Ia dura y universal persecución que Ia Iglesia sufrió en los albores de su existencia, los primeros altares en que celebraron los apóstoles eran cualquier mueble u objeto que podía sustituir en su uso al triclinio jerosolimitano. La primera alusión que tenemos referente al altar y a Ia santa misa es de San Juan, en el Apocalipsis, quien así describe Ia reunión litúrgica del día dominical: "Preside un Pontífice venerando, sentado en su trono. En su derredor resuenan himnos de alabanza, acompañados de cítara y salterio. Hay un altar, siete candelabros, un turíbulo con fuego e incienso, un cordero que es Ia víctima y, debajo del altar, los huesos de los santos mártires. " Un íntimo contacto se había operado en el final del siglo I entre Ia conmemoración de Cristo y el culto de los mártires. El altar eucaristico fué muy pronto común a ambos : El cuerpo d«l Redentor se consagra sobre Ia piedra que guarda tas gloriosas reliquias de sus testig.os heroicos. La Iglesia, sepultada durante tres siglos en las catacumbas, prefirió para mesa del sacrificio, sin duda por divino instinto, Ia tumba de sus mártires.
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