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Diccionarios latinos del XIX
(Del Valbuena al Raimundo de Miguel)
En Ia estela de Forcellini
La culminación en 1771 del léxico de Forcellini dio lugar a una general renovación de Ia lexicografía latina, que se reflejó en Ia aparición de diccionarios en las principales lenguas. Quizás fue en España donde se publicó uno de los primeros compendios léxicos (o el primero de todos) que se derivaron de Ia edición príncipe de Ia monumental obra del laborioso, competente y sufrido clérigo paduano. Fue el Diccionario universal Latino-Español de Manuel de Valbuena, impreso en Madrid en Ia Imprenta Real, en 1793. La obra tuvo tan buena acogida como severas críticas recibiría luego, especialmente después de Ia muerte del autor. Valbuena murió en 1821 y dos atrabiliarios y peleones personajes se disputaron acremente los despojos del éxito de su obra con los «Valbuenas reformados», que salieron a luz con tan malos modales en sus respectivas presentaciones como buena fortuna editorial. Entre 1832 y 1865 se habían publicado hasta veinticuatro ediciones de estos diccionarios arreglados. Son los de don Vicente Salvá: «Nuevo Valbuena o Diccionario Latino-Español» (París, 1832 y 14.a edición, París, Garnier, 1865) y de M.D.P. Martínez López, «Valbuena Reformado, aumentado, etc.» (París, 1851, 10.a edición, Madrid, 1865). DeI Valbuena originario había habido ya tres ediciones antes de 1808, cuando Ia invasión francesa y Ia guerra de Ia Independencia interrumpieron por cuatro largos años Ia vida normal del país, «cesando casi del todo, entre otras cosas Ia concurrencia a los estudios». Tales son las palabras textuales de Ia dedicatoria al rey con que Valbuena encabeza Ia cuarta edición del año 1819, última de las preparadas por él. (Un dato muy significativo de los enormes
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