|
NOTAS Y C O M E N T A R I O S
El Latín sin esfuerzo
l.—PREAMBULO No es ningún secreto afirmar que el latín pasa por un momento particularmente difícil en Ia mayoría de los sistemas docentes del mundo actual. Esto no supone renegar de los valores sustantivos de esta lengua, que hasta hace no muchos decenios era considerada como Ia lengua sabia por antonomasia. Lo que ocurre es que nos hallamos en un período de crisis de Ia civilización, y, en tal coyuntura, no es extraño que, entre tantas cosas que han perdido el equilibrio, una de ellas corresponda a Ia enseñanza y a los sistemas educativos más en boga en anteriores generaciones. Los disturbios universitarios, generalizados estos últimos años en casi todas las naciones, aunque promovidos muchas veces por fuerzas subversivas, responden en el fondo a una situación real de inquietud y desequilibrio creada por Ia crisis cultural del momento presente. En el reajuste que se quiere hacer entre vida moderna y cultura, no es extraño que Ia opinión pública, orientada muchas veces por elementos de no muy fundada responsabilidad, se vea arrastrada a señalar despiadadamente con el dedo a los posibles causantes del fracaso educativo de épocas anteriores, desatando contra ellos Ia furia de su indignación. Una de estas víctimas, contra Ia que muchos injustamente se ensañan es el latín, sin reflexionar que no es Ia disciplina en sí, sino el mal método seguido en su enseñanza y, a veces, Ia falta de maestros preparados científica y pedagógicamente, Ia causa de su ineficiência '. Hoy día se
1. Algunas ideas sobre el método a seguir en Ia enseñanza del latín las expusimos en un estudio titulado El latín y su didáctica, publicado en «Estudios Clásicos» 5 (1959) 153-171. Sobre Ia necesidad de preparar buenos maestros de latín, insiste Juan XXIII en Ia Veterum sapientia (cf, «Helmántica» 13 (1962) 3-10; AAS 54 (1962) 129-135). Con esta
|